Educar para una nueva sociedad: Razón, Verdad y Esperanza

10 actas del primer congreso católicos y vida pública Posible. Porque la fe en Dios y en Jesucristo ilumina nuestra mente con conocimientos decisivos sobre el ser del hombre que condicionan y enriquecen la visión de la sociedad y de la convivencia humana. Legítimo. Primero porque la luz de la fe no deforma la realidadni nos sacade la esferahumana, sinoquenos la ilumina, nos la acerca, nos la descubre en su ser completo y verdadero. Y en segundo lugar, Porque la atención a las luces de la fe y los mandatos de la conciencia cristiana por parte de los políticos cristianos no supone la injerencia de ninguna autoridad ni de ninguna institución ajena al puro ordenamiento político. Obligatorio. Por la unidad radical de la persona. El político cristiano no puede prescindir de su conciencia ni de sus convicciones religiosas en el momento de valorar una situación o de tomar unas decisiones, sin traicionarse a sí mismo y traicionar su propia fe, que es lo mismo que traicionar a aquel en quien creemos. Necesario. La conciencia del hombre es irremediablemente limitada y débil a la hora de descubrir y cumplir las exigencias de la justicia. Los hombres necesitamos una sanación interior para aceptar de forma clara y eficaz los derechos de los demás cuando suponen limitación o corrección de nuestras propias apetencias… La sociedad necesita la acción purificadora y sanante, el estímulo y el impulso de la vida teologal de los hombres justos. La presencia de los cristianos en la vida pública tendría que ser iluminación y justicia, defensa contra los errores posibles y garantía contra las inevitables corrupciones, a favor de todos. La celebración del 1er Congreso en la PUCPR confirmó que este espacio puede ser un referente para el catolicismo social en Puerto Rico “y en un lugar de encuentro y de comunión de los católicos. Es una convocatoria idónea para un quehacer grande y necesario:

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