Educar para una nueva sociedad: Razón, Verdad y Esperanza

15 educar para una nueva sociedad: razón, verdad y esperanza fortalecer los sentimientos de solidaridad y el compromiso con el bien común. Deseábamos que muchos de ellos pudieran llegar a ser constructores de una sociedad más próspera y justa. Se trataba, en consecuencias, que la Universidad pudiera imprimir en ellos la marca indeleble de “ un compromiso operante, que intenta alcanzar un mundo más justo y fraterno, en el que sean atendidas, sobre todo, las indigencias de los desamparados de siempre” (Conf. Episc. Esp. Católicos en la Vida Pública, 1986). Sinduda, eso implicaba contar con oportunidades de formación quenosesustentabanenmerosconceptos,palabrasyexhortaciones, sino en una cultura universitaria donde los valores que deseábamos inculcar estuvieran vigentes, encarnados en una actitud corporativa dinámica, que pudiera ofrecer ejemplos concretos de compromiso con ellos. Este propósito era alentado por las sabias palabras del Santo Padre Pablo VI : “El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los testigos que a los maestros, o si escucha a los maestros lo hace porque son testigos” (Evang. Nuntiandii n.41). Por lo tanto, se trataba de alentar a nuestros estudiantes a ser personas comprometidas y participativas predicando con el ejemplo institucional. Con más de 2.500 profesores, la mayoría de ellos contratados a tiempo completo, y contando con varios centros de investigación, nuestra Universidad disponía de las personas y recursos materiales para iniciar ese nuevo camino. Además, lo que no es menor, a lo largo de su vida institucional, de distintas maneras y formas, siempre se había involucrado en actividades solidarias o había participado en temas de la agenda pública. Por lo mismo, asumir corporativamente el desafío de transformarse en un actor relevante en la tarea de lograr el desarrollo integral del país, no era algo nuevo o ajeno. Además de los aportes técnicos que pudiéramos hacer, veíamos la oportunidad de participar en la discusión de las políticas públicas enfatizando que ellas deben tener como punto focal a las personas, relevando la especial dignidad que ellas poseen y, por lo mismo, sus