Educar para una nueva sociedad: Razón, Verdad y Esperanza

40 actas del primer congreso católicos y vida pública pasando de extranjis todos estos años. Ahora me voy. Le juro que no puedo hacerle nada. ¿No podría decirme lo que ha estado pasando de contrabando? “Camiones”, responde el conductor. (Gitlin, 2005, p. 13-14) I. Comunicación: hombre, realidad y deseo. Desde siempre los medios de comunicación han traficado con el hábito de vivir con los medios. La comunicación, y sus medios, articulan el presente de nuestra sociedad que se define como sociedad de la comunicación. Parafraseando al filósofo anglo-español Santayana: la comunicación, como cultura, es como “un cuchillo hendiendo el futuro”. La información juega una parte fundamental en nuestra forma de vida social en la medida en que nos ofrece los parámetros de la existencia, del conocimiento de nuestro entorno, y en no menor medida de nosotros mismos. Sin embargo, ¿Cómo es nuestra comunicación? ¿Cómo son los relatos de los medios de comunicación? El escritor Gustavo Martín Garzo ha descrito recientemente en uno de sus artículos el panorama cultural contemporáneo. Inspirándose en la película Las vírgenes suicidas de Sofía Coppola, señala que la directora ha querido traducir en imágenes “la eterna disociación entre la realidad y le deseo que no ha dejado de torturar a los hombres”. Y añade: (…) uno de los problemas del mundo actual es la pobreza de la experiencia. (…) La incapacidad de tener y transmitir experiencias quizás sea uno de los pocos datos ciertos de que dispone de sí mismo. La banalidad de nuestra vida se confunde con la banalidad de gran parte de la cultura y le mundo que nos rodea. Viajamos sin descanso, acudimos a museos y exposiciones, leemos libros que compramos precipitadamente en las librerías

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