Educar para una nueva sociedad: Razón, Verdad y Esperanza

43 educar para una nueva sociedad: razón, verdad y esperanza conseguir la felicidad por el progreso. Si traducimos la palabra progreso nos encontramos con los desarrollos de la ciencia y las aplicaciones de la técnica. De ahí se derivan las grandes conquistas de la revolución industrial, por ejemplo. Hoy, sin embargo, parece que el progreso y la felicidad de los hombres le están encomendados a la comunicación. Algunos ejemplos: si hay problemas en la pareja, son problemas, en primer lugar, de comunicación; si hay problemas entre el gobierno y la oposición, lo son, principalmente, de comunicación. El hombre y la mujer conquistarán la felicidad deseada cuando alcancen las cimas de la comunicación perfecta, y cuando sean con los medios de comunicación una misma cosa. Pero, ¿de qué comunicación estamos hablando? La comunicación social se está preguntando hoy cómo salvar a la comunicación social. Salvarla significa salvar la dimensión social de la persona y lo constitutivo de la dimensión social de la persona se introduce como referente de esa necesaria relación. Salvar la comunicación social significa, en cierta medida, salvar las formas de articulación de la dimensión relacional del hombre, constitutiva de su ser y de su hacerse. EnunodelosúltimoslibrosdelpensadorfrancésDominique Wolton, Salvemos la comunicación (2006), os ha enseñado lo que supone la esterilidad de que uno de los fenómenos que son capaces de definir el tiempo, nuestro tiempo, la comunicación, se fundamente en lo que él denomina “conceptos blandos”. Esta dificultad para pensar de otra manera los desafíos de la modernidad tal vez explica el éxito de los “conceptos blandos” –la expresión fue acuñada por Didier Oillo y Bonaventure Mve Ondo–, es decir, esas ideas preconcebidas que circulan entre las élites tecnocráticas, mediáticas, y políticas cultivadas, y que constituyen lo “políticamente correcto” de una modernidad de buena

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