Educar para una nueva sociedad: Razón, Verdad y Esperanza

58 actas del primer congreso católicos y vida pública • Las pantallas ofrecen muchas oportunidades pero pueden animarnos a un pensamiento que carece de contexto, de reflexión y consciencia del cuadro general. • Vivimos más rápido de lo que pensamos. Nos entusiasmamos ante la velocidad de la comunicación que hemos conseguido, pero esto nos obliga a responder sin reflexionar. Un estudio del Unconscious Lab de la Radbound University en los Países Bajos ha descubierto que tomamos decisiones más efectivas si nos alejamos de un problema y permitimos que nuestro cerebro lo aborde desde una perspectiva diferente. • Nos beneficiamos de la ubicuidad de la información y de las posibilidades de la comunicación, pero estamos atomizando la información y nuestra atención y concentración están disminuyendo. • El flujo constante de información sobre lo que están haciendo otras personas nos permite tener una idea de sus vidas. Pero la conectividad constante significa que estamos reemplazando la intimidad por la familiaridad, y eso puede provocar que nuestras relaciones íntimas sean más efímeras. Nos enfrentamos a la amenaza de una extensión del aislamiento digital. • El anonimato en la Red está erosionando la empatía, animando a los comportamientos antisociales y promoviendo el valor virtual por encima de la emoción real. Compartir demasiada información sobre nuestra localización precisa o nuestros intereses nos puede informar de quién más se encuentra en las proximidades, pero también nos vuelve vulnerables ante cualquiera. La inmoralidad también significa que cada vez es más difícil olvidar acciones previas o superar nuestro pasado.

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