Educar para una nueva sociedad: Razón, Verdad y Esperanza

75 educar para una nueva sociedad: razón, verdad y esperanza actitud ha sido particularmente grave en lo relativo a los estilos de crianza y de parentalidad. En España hemos pasado de un modelo autoritario de relación entre padres e hijos, a un modelo en muchas familias que puede ser calificado como de “permisivo”, en el que se educa al hijo sin límites, se le trata como a un igual (un amigo), no se ejercita su tolerancia a la frustración, se crían pequeños tiranos acostumbrados a ver satisfechas sus necesidades de forma inmediata, a ser “defendidos” frente a profesores o autoridades que sancionan o castigan y que desconocen actitudes tales como el respeto, la responsabilidado la renuncia. Estenuevo estilode parentalidad ha sido característico de la generación de la “democracia” en parte reactiva a los estilos autoritarios de los padres. Los efectos devastadores de este estilo educativo han sido claros: generación insegura, caprichosa e “indecisa”, aumento de la violencia social, escolar y familiar (la denominada violencia ascendente), etc. Sin embargo, la igualdad en la familia no es aritmética; social, y jurídicamente también, los más débiles en la familia deben ser los primeros, los más protegidos aún a costa de una discriminación positiva a su favor. Siempre se ha dicho que una madre “quiere más” o se entrega más al hijo enfermo o discapacitado. La igualdad en el seno de la familia debe suponer el reconocimiento de la misma dignidad de cada uno de sus miembros, pero a la vez que el rol que cada uno desempeña dentro del grupo puede ser diverso; desde luego es diverso el de padres e hijos (que no están en un plano de igualdad) y es complementario el del padre y la madre (que en ocasiones se repartirán las tareas de aprovisionamiento y cuidado, y en otras las compartirán). La igualdad no es absoluta ya que los más débiles dentro de la familia deben ser los más importantes y los primeros. La metáfora del cuerpo humano en el cual

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