Educar para una nueva sociedad: Razón, Verdad y Esperanza

88 actas del primer congreso católicos y vida pública incapaz… Por eso tiene sentido decir que afirmar el valor de la diferencia es proponer una base ética para poder hablar de integración de la diversidad como valor de una educación en familia, que trata a todos por igual , desde el respeto por la ‘desigualdad-diferencia’ de su identidad personal. Nadie puede negar que cuando este objetivo es llevado a cabo, lo que estamos haciendo es reconocer el derecho a ser diferente y, en ese sentido, estamos reconociéndole como alguien que tiene dignidad y no precio, como quería el filósofo Inmanuel Kant 2 . Por otra parte, al educarnos en este valor, estamos educándonos en un sentido de la dignidad que pasa por su reconocimiento primero, y después por su respeto. La estima de sí es el equilibrio entre diferencia e identidad y el referente de interioridades centradas. b. El valor de la tolerancia y de la concordia La tolerancia como valor ético ha de ser entendida como el espacio requerido para que pueda darse la diversidad y el reconocimiento de la dignidad. Sin tolerancia activa resulta imposible contemplar la diversidad como algo positivo. Conviene no confundir tolerancia con pasividad, con indiferencia o con el ‘colegueo’. Educar desde la tolerancia es poner a trabajar a los valores del respeto y del cuidado como actitudes positivas, frente a la extendida consideración del ‘dejar hacer’ que se traduce en indiferencia 3 . Por 2 I. Kant (1785). Grunglegung zur Methasysik der Sitten (trad. es.: Fundamentación de la Metafísica de las costumbres . Ed. Espasa-Calpe, Madrid 1981, pp. 92 y sgs.). 3 V. Camps (1990). Virtudes públicas . Ed. Espasa-Calpe, Madrid.

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