Educar para una nueva sociedad: Razón, Verdad y Esperanza

95 educar para una nueva sociedad: razón, verdad y esperanza paz, justicia, amor y libertad– y para buscar acuerdos de ‘mínimos morales’ para, sin tener que abdicar de la pertenencia de origen, llevar a cabo actividades sociales que nutran de sabia nueva a la sociedad que buscamos. c. La solidaridad La solidaridad es un valor referencial de la educación ‘interior’ en familia. Pero es verdad que adquiere su sentido más genuino cuando forma mujeres y hombres que tienen capacidad para sentir la necesidad de ser solidarios desde la vulnerabilidad como condición humana. En los tiempos de crisis como el actual, es posible apelar a la solidaridad desde múltiples perspectivas que van de la solidaridad económica con los más pobres, a la solidaridad con los excluidos en una sociedad globalizada. Pero si hemos priorizado una visión antropológica para la educación, nada nos impide recabar la solidaridad desde nuestra condición de seres vulnerables y, así, necesitados los unos de los otros. Si la familia es capaz de visualizar y de transmitir este aspecto de la vulnerabilidad, a medio camino entre lo físico y lo moral, como condición humana estamos a las puertas de poder hablar de un valor de humanidad universal. Hablaríamos así de una suerte de ‘solidaridad originaria’, en línea con el pensamiento de E. Lévinas 6 , a la que remiten la consideración del cuidado, de la preocupación por los otros, de la denominada amistad cívica… y tantos otros aspectos que una educación en valores en la familia puede proponer desde esta perspectiva para hacer a sus 6 E. Levinas (1977), Totalidad e Infinito. Ensayos sobre la exterioridad. Ed. Sígueme, Salamanca pp. 308-311.

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