Educar para una nueva sociedad: Razón, Verdad y Esperanza
98 actas del primer congreso católicos y vida pública pues nos mete en la dinámica de ser sujetos cuidadosos de todo y de todos; nos hace ser personas cosmopolitas como trasunto de una responsabilidad que nos inunda, pero sin abrumarnos. g. La compasión La compasión es otro de los valores en alza en esta sociedad de la crisis. Es un valor cívico que la ética ha venido pensando desde hace más de dos siglos; desde que se apercibió de la cercanía de lo moral a lo afectivo, y desde que tomó conciencia del valor de amor como motor de actividad social y de construcción personal. Es vital que la familia forme personas compasivas, para que la compasión cívica alcance su verdadero sentido. La compasión comienza por la capacidad de captar el sufrimiento de los demás, convirtiéndose así, como dice Martha Nussbaum en valor de humanidad 8 . Frente a un modelo de praxis social y política a-pática –neutra– la com-pasión rompe el círculo de la indiferencia y de la exclusión en pro de un anhelo de justicia y de compromiso con los débiles y vulnerables. El prototipodepersona compasivano es laque lamenta y comprende el sufrimiento ajeno, sino la que se siente en la obligación de salir de sí misma para colaborar en la construcción de alternativas reales más justas. Educar en la compasión nos hace más humanos y más solidarios en una sociedad agresiva y de exclusión social que la situación de crisis ha venido a aumentar. Por eso, educar en la compasión como virtud cívica es una de las claves más prominentes y destacadas para trabajar por una sociedad más humanizada, que ya es trabajar por una sociedad mejor. 8 M. Nussbaum (2002), Las mujeres y el desarrollo humano . Ed. Herder, Barcelona pp. 50-55.
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