Razones para la esperanza: solidaridad, subsidiariedad y bien común

21 razones para la esperanza: solidaridad, subsidiariedad y bien común plenitud de esa redención, se redimen y se rescatan a su vez todos los ámbitos que inciden sobre la experiencia de la vida humana, pues como nos recuerda San Pablo, toda la creación anhela con gemidos inefables ser redimida. (Rom 8:22) Precisamente, al respecto nos dice el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia 4 : La doctrina social es parte integrante del ministerio de evangelización de la Iglesia . Todo lo que atañe a la comunidad de los hombres – situaciones y problemas relacionados con la justicia, la liberación, el desarrollo, las relaciones entre los pueblos, la paz–, no es ajeno a la evangelización; ésta no sería completa si no tuviese en cuenta la mutua conexión que se presenta constantemente entre el Evangelio y la vida concreta, personal y social del hombre. Entre evangelización y promoción humana existen vínculos profundos: “Vínculos de orden antropológico, porque el hombre que hay que evangelizar no es un ser abstracto, sino un ser sujeto a los problemas sociales y económicos. Lazos de orden teológico, ya que no se puede disociar el plan de la creación del plan de la redención, que llega hasta situaciones muy concretas de injusticia, a la que hay que combatir, y de justicia, que hay que restaurar. Vínculos de orden eminentemente evangélico como es el de la caridad: en efecto, ¿cómo proclamar el mandamiento nuevo sin promover, mediante la justicia y la paz, el verdadero, el auténtico crecimiento del hombre?”. La doctrina social “tiene de por sí el valor de un instrumento de evangelización” y se desarrolla en el encuentro siempre renovado entre el mensaje evangélico y la historia humana . Por eso, esta doctrina es un camino peculiar para el ejercicio del ministerio de la Palabra y de la función profética de la Iglesia. “En efecto, para la Iglesia enseñar y difundir la doctrina social pertenece a su misión evangelizadora y forma parte esencial del mensaje cristiano, ya que esta doctrina expone sus consecuencias directas en la vida de la sociedad y encuadra incluso el trabajo cotidiano y las luchas por la justicia en el testimonio a Cristo Salvador”. No estamos en presencia de un interés o de una acción marginal, que se añade a la misión de la Iglesia, sino en el corazón mismo de su ministerialidad: con la doctrina social, la Iglesia “anuncia a Dios y su misterio de salvación 4 Núms. 66 y 67, citas internas omitidas.

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