Razones para la esperanza: solidaridad, subsidiariedad y bien común
22 actas del segundo congreso católicos y vida pública en Cristo a todo hombre y, por la misma razón, revela al hombre a sí mismo”. Es éste un ministerio que procede, no sólo del anuncio, sino también del testimonio. Todo ello nos llama a dar razones de nuestra esperanza. Desde cada situación práctica en la vida de tantos hermanos y hermanas nuestros se nos exige responder desde la fe, con creatividad, desde un análisis crítico y sosegado de las circunstancias, pero más que nada, proponiendo alternativas y soluciones donde el bien común y la dignidad de la persona humana estén en el centro. El Papa Francisco nos da la voz de alerta ante todas esas situaciones que nos interpelan a dar razones y que al mismo tiempo pueden convertirse en obstáculo para un anuncio adecuado del Evangelio 5 : La humanidad vive en este momento un giro histórico, que podemos ver en los adelantos que se producen en diversos campos. Son de alabar los avances que contribuyen al bienestar de la gente, como, por ejemplo, en el ámbito de la salud, de la educación y de la comunicación. Sin embargo, no podemos olvidar que la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro tiempo vive precariamente el día a día, con consecuencias funestas. Algunas patologías van en aumento. El miedo y la desesperación se apoderan del corazón de numerosas personas, incluso en los llamados países ricos. La alegría de vivir frecuentemente se apaga, la falta de respeto y la violencia crecen, la inequidad es cada vez más patente. Hay que luchar para vivir y, a menudo, para vivir con poca dignidad. Este cambio de época se ha generado por los enormes saltos cualitativos, cuantitativos, acelerados y acumulativos que se dan en el desarrollo científico, en las innovaciones tecnológicas y en sus veloces aplicaciones en distintos campos de la naturaleza y de la vida. Estamos en la era del conocimiento y la información, fuente de nuevas formas de un poder muchas veces anónimo. (…) Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida. Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a 5 Núms. 52 y 53.
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