Familia: Identidad, Retos y Esperanza

106 actas del tercer congreso católicos y vida pública Los Lineamenta del próximo Sínodo, hablando sobre la importancia de educar la vida afectiva, incluyen de manera acertada una referencia a la pornografía y a la difundida concepción utilitarista del cuerpo (cf. n. 10). Se trata de la punta de un iceberg que hunde sus raíces en una cultura cada vez más erotizada, en la que se entiende y vive el amor en clave hedonista y emotivista. En el fondo de esta situación está la emergencia de la persona, inseparable de la emergencia del cuerpo. De hecho, detrás de la actual visión pesimista del cuerpo y de la visión erotizada de la sexualidad se esconden nuevas antropologías antihumanistas, que buscan alcanzar la utopía de una humanidad perfecta que no necesite del cuerpo para ser hombre. La pastoral familiar está llamada a fomentar entre las familias una pedagogía del cuerpo, que incluya la dimensión del pudor y el sentido del don de la persona. Se hace también necesario cultivar entre los esposos una espiritualidad del cuerpo, que devuelva a la sexualidad y al acto conyugal todo el significado teológico y trinitario que les es propio. El significado y la vocación del cuerpo constituye hoy uno de los nuevos areópagos en los que el matrimonio y la familia cristiana de una manera particular, están llamados a anunciar con urgencia el Evangelio del amor humano. 7. conclusión Ni el matrimonio, ni la familia son un problema, sino un evangelio. De ahí la importancia decisiva que la pastoral matrimonial y familiar tiene para la Iglesia y, a través de ella, para el bien común de una nación. Juan Pablo II intuyó esa centralidad de la familia, y afirmó que “entre los numerosos caminos de la Iglesia, la familia es el primero y el más importante”. La familia es el camino de la Iglesia y, como apunté al inicio de esta conferencia, el camino de cada nación. He evitado intencionadamente entrar en casuísticas y en temas que, a falta de que se celebre el próximo Sínodo sobre la familia, no dejan de tener a día de hoy un enfoque problemático y parcial. La pastoral matrimonial y familiar corre el peligro de detenerse en las ramas sin llegar a ver el bosque. Se ha fragmentado de tal manera que anda sobrecargada por atender a una gran cantidad de ámbitos diversos entre sí, sin la brújula de una visión global y panorámica de

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