Familia: Identidad, Retos y Esperanza
146 actas del tercer congreso católicos y vida pública empresas privadas, muchas de los cuales se dieron hace más de una década, pudieran tener el efecto de precarizar la situación de muchos adultos mayores puertorriqueños en un futuro cercano. Igualmente, debemos puntualizar que por razón de la crisis económica y fiscal que vive el país, la “red de seguridad” ( safety net ) que proveían algunos programas estatales para los adultos mayores en situaciones de desventaja económica y social, cada día está menos presente en la vida de nuestras personas de mayor edad, debido a la reducción o eliminación de programas de apoyo a la vejez. Así pues, un estudio sobre los retirados en Puerto Rico llevado a cabo por el autor y varios colaboradores (Vera, Rosario, Pietri, & Ruiz, 2011) da cuenta de la complicada situación económica de un segmento de la población de adultos mayores en Puerto Rico, y de algunos de sus efectos en la vida de los mismos. Los resultados del estudio revelaron que el 22 % de los participantes no tenía ahorros; el 16% no podría subsistir ni un mes con el dinero que tenía ahorrado y el 36% señaló que no subsistiría si los sistemas de retiro del país colapsaran. Igualmente, se halló que más de un 70% todavía pagaban la hipoteca de su residencia y más de la mitad expresó que el dinero que recibía no era suficiente y estaban atrasados en sus pagos. Igualmente, el estudio reveló que para poder balancear sus finanzas mensuales, los retirados han tenido que hacer ajustes en la compra de medicinas, comida y en la obtención de servicios médicos y servicios básicos tales como energía eléctrica, agua y teléfono. Por último, se encontró que la mayoría de los participantes manifestaba síntomas leves de depresión y síntomasmás severos de ansiedad (Vera, Rosario, Pietri & Ruiz, 2011). Otra variable o factor que pudiera añadirle costos y complejidad, aunque también muchas satisfacciones a la vida de nuestros adultos mayores lo es el cuido de los nietos. Los resultados de la Encuesta de la Comunidad para Puerto Rico del año 2012, (U.S. Census Bureau, 2012b) indicaron que en el país había para esa fecha 49,787 abuelos y abuelas que se hacían cargo de sus nietos o nietas menores de 18 años. Estos representaban el 46% de los abuelos (as) que vivían con sus nietos, ya que el total de abuelos que vivían con sus nietos era de 108,183. Para este por ciento de los adultos mayores en Puerto Rico, el hecho de ser responsable por un nieto o nieta, pudiera agravar aún
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