Familia: Identidad, Retos y Esperanza
163 familia: identidad, retos y esperanza cómo llegar. Pero buscan y llaman a nuestros Centros de Orientación y Mediación Familiar para que se les entreabra la posibilidad de una mejor relación como padres y esposos. Ellos nos aseguran con angustian que nunca imaginaron que un día llegarían a vivir las situaciones que ahora están soportando: el ver que sus hijos se desentienden de ellos, la incomunicación diaria con su pareja, el temor al divorcio en cada conflicto…Nosotros laicos, como Iglesia que somos, ante estas situaciones no queremos dar un rodeo y pasar de largo. Nuestro Papa Francisco a este respecto señala: es indispensable prestar atención a las nuevas formas de pobreza y fragilidad 3 . Entiendo que nuestro ser Iglesia pasa por no conformarnos con la situación de tantas familias que sufren el drama del divorcio o la violencia, sino que hemos de comprometernos con ellas para desbloquear sus recursos y emociones y así mejorar su situación presente. Por eso ante los problemas y conflictos que sufren hoy miles de familias, no me parece exagerado deciros que nosotros, como laicos que somos Iglesia en el mundo y en la sociedad, estamos llamados a ser la esperanza de Dios para los que más sufren. Es verdad que la RAE nos ofrece en su diccionario otra acepción de la esperanza: En la doctrina cristiana, virtud teologal por la que se espera que Dios dé los bienes que ha prometido . Es fácil que nuestra atención considere la esperanza sólo como don divino, pero olvidamos que también es una virtud, o sea, una capacidad alimentada por las dificultades y contratiempos, y un hábito que nos hace más fuertes, y esto no sólo para mí, sino también para los demás. A este respecto el Papa Benedicto XVI nos decía en su carta encíclica Spe Salvi : Nunca es demasiado tarde para tocar el corazón del otro y nunca es inútil. Así se aclara aún más un elemento importante del concepto cristiano de esperanza. Nuestra esperanza es siempre y esencialmente esperanza para los otros 4 . Por otra parte, El Catecismo de la Iglesia Católica identifica la virtud de la esperanza con el anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre. La esperanza protege del desaliento, preserva del egoísmo 3 Francisco, Evangelii Gaudium , 210. 4 Benedicto XVI, Spe Salvi , 48.
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