Familia: Identidad, Retos y Esperanza

28 actas del tercer congreso católicos y vida pública sin el dominio de las necesidades vitales en la casa, no es posible la vida de la polis; la vida doméstica existe en beneficio de la “gran vida” de la polis. En el mundo moderno, asegura, la esfera social y la política se acercan, y ello se manifiesta en que la administración de la casa y todas las materias que anteriormente pertenecían a la esfera privada familiar se han convertido en interés “colectivo”. En la actualidad, lo privado se refiere a lo íntimo, se abandona la acepción de privación como legado del individualismo moderno y se opone no al ámbito político sino al social. El desvanecimiento de lo privado frente a lo público se produce al convertirse la administración de la casa y todas las materias que anteriormente pertenecían a la esfera privada familiar en interés colectivo. La sociedad absorbe la unidad familiar y exige a sus miembros su pertenencia a la imponente familia que la configura y que responde a una única opinión y un único interés. Esto genera un conformismo social que invita a sus miembros a adquirir una cierta conducta, que propone un hombre en quien se reconoce el interés común y la recta opinión. El correcto funcionamiento de la sociedad se alcanza mediante la imposición de innumerables y variadas normas, todas las cuales tienden a normalizar a sus miembros, a hacerlos actuar, a excluir la acción espontánea o el logro sobresaliente. La familia es la comunidad natural a la que el hombre pertenece, la que acoge su vida y en la que se desarrolla de forma única e irrepetible, cuyos miembros están emparentados entre sí y viven bajo la autoridad de una de ellas. La principalidad de la familia, respecto a otras comunidades sociales, se la otorga su superioridad entitativa: es la primera expresión de la naturaleza social del hombre; su función educadora, ordenada a la convivencia, constituye la primera escuela de la persona transmisora de virtudes cívicas, sociales y políticas que rigen toda la sociedad civil e incluso el propio Estado ; y posee capacidad para formar al hombre interiormente, por ser el primer ambiente en que el hombre manifiesta su interior. Por todo ello, la familia es el instrumento más eficaz de humanización y personalización de la sociedad. Al ser de pequeña dimensión requiere la ayuda de la autoridad pública y de la sociedad, mediante la implantación de una política familiar justa y adecuada a su realidad. Fomentar la familia es fomentar la sociedad y, al contrario, destruirla es un atentado

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