Familia: Identidad, Retos y Esperanza

45 familia: identidad, retos y esperanza modo la legislación no será errática, pues no protegerá los fines del matrimonio -que configuran su esencia- al mismo tiempo que permite a sus miembros rechazarlos con posterioridad y en un periodo muy corto de tiempo -como resultado de la demanda social. El retraso de la maternidad, determinado por las condiciones físicas y profesionales que concurren en la mujer de hoy, condicionan la maternidad y fomentan la existencia de un mayor número de uniones atípicas, aleatorias y sin estabilidad, así como su rechazo o el recurso a una maternidad de ingeniería genética, desprovista de amor. Ser hijo, ser esposo y ser padre y madre, no son roles sociales sino una dimensión de nuestro ser. Es dentro de la familia donde la sexualidad encuentra su significado más profundo, deja de tener un valor meramente privado, para tener una dimensión social: la posibilidad de engendrar personas, a través de la expresión del amor entre los esposos. Lo que puede variar, en función del desarrollo social es la prevalencia o asignación de unas tareas u otras al hombre o a la mujer, sin que eso suponga considerar que vocaciones como la maternidad sean ajenas a la naturaleza de la mujer. Movimientos sociales que promueven la normatividad de una sexualidad no reproductiva no pueden tener acogida en las legislaciones de nuestra era, en donde el desarrollo y la evolución del hombre es una prioridad para la ciencia. De nuevo surge aquí el reto del legislador de este siglo: elaborar legislaciones conociendo la realidad intrínseca de los sujetos a quienes va dirigida, dejando en un segundo plano las realidades extrínsecas cuya pretensión sea negar o modificar su identidad. Si bien es cierto que el consumo es un motor importante de la economía global, el consumo excesivo alcanza y perjudica a las familias, al fomentar entre sus miembros el deseo constante de nuevas adquisiciones. El consumo impide a sus integrantes crecer interiormente con el estímulo que la frustración genera en la persona, en el anhelo constante de su propia perfección. No obstante, dada la tendencia consumista actual la legislación puede articular medidas de consumo responsable, encadenando