Familia: Identidad, Retos y Esperanza

56 actas del tercer congreso católicos y vida pública los ojos de los hombres, pero son grandes ante Dios. La Iglesia nos enseña que la familia es uno de los bienes más preciosos de la humanidad. Esto es así porque forma parte del plan de Dios. Él busca que todas las personas puedan desarrollarse en una comunidad de amor, Dios ha querido desde el principio, que hombres y mujeres, formando una familia, colaboren en la tarea. En el Congreso Teológico-Pastoral Internacional sobre la Familia (2006-Valencia.España) el Cardenal William J. Levada decía: “El Catecismo nos dice: en la creación del mundo y del hombre, Dios ofreció el primer y universal testimonio de su amor todopoderoso y de su sabiduría, el primer anuncio de su designio benevolente que encuentra su fin en la nueva creación en Cristo. Aquí vemos la verdad fundamental según la cual, en el plan de Dios, la creación misma está ordenada a la redención. Por lo tanto, la familia, como realidad creada, encuentra su pleno significado sólo como familia cristiana, como comunidad para la cual Jesucristo mismo es el único Salvador. Jesús hace de esta comunidad un instrumento de su propia obra salvífica en favor de la humanidad. El Catecismo destaca esta realidad al citar la Exhortación Apostólica Familiaris Consortio sobre la familia: La familia cristiana constituye una revelación y una actuación específicas de la comunión eclesial; por eso…puede y debe decirse Iglesia doméstica. El ver a la familia como Iglesia “en miniatura”, y el llamarla “familia de Dios”, son ideas que han estado presentes desde los primeros siglos del Cristianismo. San Pablo, en la Carta a los Efesios, trata el misterio de la Iglesia en relación al matrimonio y a la familia. En ella insta a que la relación entre marido y mujer imite el amor sacrificial de Cristo por la Iglesia. El Catecismo afirma que el sacramento del matrimonio significa la unión de Cristo con la Iglesia. Da a los esposos la gracia de amarse con el amor con que Cristo amó a su Iglesia; la gracia del sacramento perfecciona así el amor humano de los esposos, reafirma su unidad indisoluble y los santifica en el camino de la vida eterna”