Familia: Identidad, Retos y Esperanza
78 actas del tercer congreso católicos y vida pública muy por encima de otras estrategias institucionales de evangelización, la familia suele ser el centro transmisor y reproductor por excelencia de los valores y principios evangélicos. De ahí la importancia que recobra la familia en un contexto como el actual, donde se hace necesaria una reflexión profunda para establecer si la configuración de la familia actual, particularmente la puertorriqueña, continua siendo ese instrumento para esparcir el evangelio y el catolicismo en términos generales. Por esto, la evangelización de la familia no tan solo requiere que entendamos su definición y dinámica interna, sino que requiere una mirada holística sobre la realidad histórica y sociológica que le es inherente. Este fue, esencialmente, el objetivo del trabajo realizado por la facultad de la Escuela Graduada de Trabajo Social (Burgos, Reyes, Hernández, 2013). Como veremos más adelante, la familia que deseamos evangelizar en Puerto Rico está muy lejos de lo que era hace cincuenta años y presenta grandes retos para su evangelización. la familia puertorriqueña en el siglo xx Según López-Cruz (2005), en las primeras décadas del siglo XX la Isla comenzó un proceso de urbanismo que no se ha detenido. El proceso de urbanismo ha impactado la estructura familiar actualmente en Puerto Rico. Uno de los grupos afectados fue la niñez, la cual recibió una seria conmoción emocional por su emigración hacia la ciudad, ya que al legislarse la prohibición del trabajo para la infancia se exacerbó la problemática social de éstos. Muchos niños no ingresaron a la escuela y asumieron conductas antisociales como delincuentes y deambulantes, al no poderse integrar a la fuerza trabajadora y sufrir las consecuencias del desempleo. En su artículo, Rivera (2012), describe cómo la economía ha tenido un efecto en la estructura familiar puertorriqueña, en especial luego de la década del 40. Antes de ese momento, una mayoría significativa de las familias se dedicaba a la siembra o a la empresa agraria con sus hijos y su familia extendida. Con la llegada de la industrialización a la Isla, las relaciones familiares comenzaron a cambiar, en particular, los roles de los padres en el cuidado de sus hijos, la socialización dentro del seno de la familia y el contacto con las familias extendidas. El movimiento en masa del campo a la ciudad por la crisis agraria provocó que las relaciones e interacciones cercanas de la familia nuclear y extendida se deterioraran, ya que se manifestó un proceso de distanciamiento físico y psicológico. Las redes de apoyo de familias extendidas disminuyeron y se redujo
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