Actas del III Congreso Internacional de Mística

121 sinosabedarjaquen, osabrádarmate:elenvésdeloinefablenlamísticateresianaytradicionesafines López de Segura (1530-1580), su primer tratadista moderno.11 La alegorización teresiana de la vida mística en clave ajedrecística hunde sus raíces en una familiaridad íntima con ese juego venerable que muestra conocer tan bien. La insinuación, por otra parte, de que a Dios pudiera acorralársele con un mate trascendental —carente, hasta donde nos consta, de precursoras cristianas, judías o islámicas premodernas— era, en efecto, temeraria en extremo. Fue tanto así que al trabajar en la revisión que se conserva en el códice autógrafo de Valladolid, después de haber ampliado la versión escurialense unos cinco folios (folios 59 - 63), Teresa los arrancó de cuajo y abrevió el tema de ese capítulo a uno solo, sin que quedara el más mínimo rastro de la metáfora ajedrecística. A fray Luis de León tanto le impresionó, sin embargo, ese pasaje expurgado con el ajedrez superno que, al incorporar la versión vallisoletana del Camino de Perfección a su editio princeps de las obras de la Reformadora (Salamanca 1588) reinsertó, a su vez, los folios descartados.12 Era azaroso en la España inquisitorial “pensar la teología” a través de tales metáforas. Ahora bien, esta alegoría de la contemplación como un juego de ajedrez remacha al mismo tiempo otro aspecto sustancial de la teología mística de santa Teresa. El ajedrez es el juego de la inteligencia por excelencia y de una inteligencia estratégica. Es el drama psicológico de dos mentes confrontadas sobre el tablero, que elucubran estrategias afianzadas en un proceder metódico y deliberado para una lucha incruenta. La vida de oración para Teresa es, por su parte, una disciplina de crecimiento espiritual que también conlleva preparación, discernimiento, estrategia, tenacidad. Es la coreografía de esfuerzos concertados en la búsqueda de Dios en ese combate diario consigo misma que el ajedrez también representa. Era pilar ortodoxo de su fe que las gracias místicas son gratuitas, que Dios le obsequia a quién quiera el don refulgente de la contemplación. Pero esto no exime ni 11 San Francisco de Sales incluye el ajedrez en una lista de pasatiempos lícitos y laudables en su Introduction à la vie dévote (Parte II, capítulo 31). Sobre la afición de san Francisco Javier al ajedrez, véase la biografía hecha por el jesuíta francés Dominique Bohours (1628-1702), Vie de Saint François Xavier (1682) traducida al inglés por John Dryden en 1688 (véase la edición de 1743 publicada en Dublín: “Sometimes he played chess himself, out of compliance, when they whom he studied to withdraw from vice, were lovers of the game” [p. 340]). Sobre Carlos Borromeo y el ajedrez, véase Leoncini (2016: 41). Rodrigo López de Segura publica su Libro de la invención liberal y arte del juego de ajedrez en Alcalá de Henares en 1561. 12 El capítulo 16 en la editio princeps abarca las páginas 84 a la 92 en el Tomo II. El texto escurialense reinserto por fray Luis figura en las páginas 84-86. ino sabe dar jaque, no sabrá dar mate: l envés d lo inefabl ...

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