Actas del III Congreso Internacional de Mística

244 actas del ii congreso internacional de literatura mística De modo que podríamos hablar aquí de que el movimiento hacia Dios en una persona que va moviéndose de bien en mejor en la vida espiritual se caracteriza por procesos y pensamientos que dan ánimo y fuerzas en la vida espiritual; cuando el movimiento contrario como lo que inquieta, entristece o agita con razones falsas. Dios es aquí lo atractivo y al mismo tiempo lo que mueve a la verdadera vida. Pero esto va más allá de sentimientos buenos o malos. Se trata también de una orientación religiosa, como puede verse al adentrarse más en las siguientes dos reglas, en donde Ignacio introduce los términos de la consolación y desolación11 espiritual como “Mociones Interiores” a las que atender. La consolación san Ignacio la define como: …quando en el ánima se causa alguna moción interior, con la qual viene la ánima a inflamarse en amor de su Criador y Señor, y consequenter quando ninguna cosa criada sobre la haz de la tierra puede amar en sí, sino en el Criador de todas ellas. Assimismo quando lanza lágrimas motivas a amor de su Señor, agora sea por el dolor de sus peccados, o de la passión de Christo nuestro Señor, o de otras cosas derechamente ordenadas en su servicio y alabanza; finalmente, llamo consolación todo aumento de esperanza, fee y caridad y toda Leticia interna que llama y atrae a las cosas celestiales y a la propia salud de su ánima, quietándola y pacificándola en su Criador y Señor….12 En esta definición vemos que los ejemplos usados tienen que ver con el recorrido espiritual propuesto en los EE.EE., aunque el discernimiento no se limita a estas experiencias en tiempo de EE.EE. Más adelante se verá otra descripción de la consolación, también dada por Ignacio, que aclara este punto. Por ahora es importante notar que no se propone que la persona simplemente siga lo que le haga sentir bien, ni tampoco es un seguir de ciertas emociones sin dirección, se está ante la presencia de elementos verdaderamente religiosos. Ambos puntos son evidentes en la descripción arriba, por lo que implican las lágrimas. Estas lágrimas, ya sean por revisión de pecados, por compasión por Cristo o de “otras cosas derechamente ordenadas en su 11 Ibid [316] y [317] respectivamente. 12 Ibid. [316]

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