40 actas del ii congreso internacional de literatura mística descubrimos que es no solo vocación universal, sino camino necesario para vivir la plenitud del don que a cada uno se nos ofrece. Estas anotaciones muy sintéticas pretenden evidenciar la universalidad de la experiencia mística desde la perspectiva cristiana original, y centrar la mirada en aquello que constituye lo esencial, más allá de minimalismos reduccionistas (fenómenos) o de visiones esotéricas. La mística tendría que ser el modo normal y natural de la vida, siempre en contacto constante con el Misterio, y fundamentada en una fe en la presencia del Misterio. descubrir el “aposento” de la presencia “Tú, en cambio, cuando quieras rezar, entra en tu pieza, echa la llave y rézale a tu Padre que está escondido; y tu Padre, que ve lo escondido, te recompensará” (Mt 6, 5-6). Esta invitación de Jesús podríamos tomarla como una invitación a entrar dentro de uno mismo, donde acontece la verdadera relación y encuentro con Dios. Hablar de interioridad no es hablar de una especie de lugar que tenemos que buscar sin saber muy bien dónde encontrarlo. Tampoco es lo opuesto a la exterioridad de la vida, que se hace necesaria y se convierte en el espacio donde nos movemos y existimos. Hablar de interioridad es hablar de posicionamiento, es decir, dónde me coloco en relación con mi vida, a lo que soy, a lo que percibo y quiero de mí, qué sentido orienta mi existencia y desde dónde me proyecto en la existencia y en la relación con los otros, con el mundo y, por supuesto, con Dios. Es posicionarse en una vida consciente, que no se deje arrastrar, sino que se abra a su comprensión y valoración. Los místicos han intentado explicar de alguna manera esa dimensión inherente a la persona con una amplia serie de imágenes espaciales: el castillo interior, la subida a un monte, el centro del alma, etc… Son modos de expresar una realidad que, aunque forma parte experiencial de todos, no es reducible ni a una realidad física ni psíquica, sino que está por encima de todo ello para dar valor y sentido a lo que nos constituye. Estas simples aclaraciones tienen como objetivo fundamental ayudarnos a descubrirnos en esa realidad intangible que somos, que
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