Actas del III Congreso Internacional de Mística

48 actas del ii congreso internacional de literatura mística tradiciones en las Sagradas Escrituras han sido compiladas con el propósito de dilucidar la presencia de Dios en todos los momentos de la historia, el presente estudio procurará identificar los elementos y las características más sobresalientes en algunos relatos seleccionados con el propósito de contestar la pregunta “¿dónde está Dios hoy?”, desde la perspectiva de lo que llamaremos la conciencia o la experiencia mística (McGinn xv-xvi). Habida cuenta de la brecha cultural y social que existe entre el mundo bíblico del antiguo Oriente Medio y el mundo actual, el presente estudio histórico-crítico analizará hasta qué punto las aspiraciones del ser humano y las circunstancias existentes se diferencian o se asemejan a los testimonios bíblicos en un intento por precisar la viabilidad o la inviabilidad del fenómeno místico hoy día. Dada la variedad de opiniones y dificultades evidentes en la literatura contemporánea de lo que constituye una experiencia mística, se comenzará por definir lo que en este estudio se entiende cuando se refiere a este fenómeno, para luego pasar a identificar, a través de cinco ejemplos, las características y las circunstancias históricas en las que dichos eventos son registrados en la Biblia hebrea y en el Nuevo Testamento (NT) (Hollywood y Beckman 2). Posteriormente, se examinarán algunos rasgos que describen al ser humano y a su cultura hoy, para luego hacer una síntesis basada en este análisis. ii. definición de mística Aunque hubiese razones para que algunos prefirieran el adjetivo “mística” en lugar del sustantivo “misticismo”, en este estudio no se diferenciarán categóricamente estos términos. El concepto de “misticismo” deriva del griego muo, que significa “cerrar”, particularmente los ojos, y hace mayormente referencia a algo que está escondido (Martín Velasco 17-61). Al referirse a una experiencia mística, gran parte de la literatura hace alusión a formas extraordinarias de conciencia, tales como visiones, éxtasis o arrebatos, a una experiencia de Dios directa y transformativa, así como también a una trascendencia que es a la vez inmanente e inefable. Hay quien prefiere limitar dicho fenómeno a una experiencia intensa y provisional caracterizada por cierta pasividad por parte

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