Actas del III Congreso Internacional de Mística

50 actas del ii congreso internacional de literatura mística ejemplos del Antiguo Testamento: el llamado de Abraham, la visión de la zarza ardiente de Moisés y la visión de Isaías; así como dos del Nuevo Testamento: el bautismo de Jesús y el evento de Damasco de Pablo. La crítica de las formas y el estudio de las religiones comparadas, por mencionar solo algunos de los métodos de análisis bíblico, han hecho conscientes a los intérpretes de que se debe ser cauteloso y juicioso para no tratar de extraer, de manera indiscriminada, datos históricos de los textos de las Sagradas Escrituras. Esto se debe a muchas razones que incluyen cuestiones sobre la historia de la composición y la redacción de los textos, así como también aspectos teológicos y literarios. Muchos expertos coinciden en que no hay por qué descartar, a priori, que tras las antiguas narraciones de algunos personajes bíblicos (coloreadas por la experiencia de fe de un pueblo) haya sustratos históricos. Por décadas, precisamente, la crítica bíblica ha debatido estos asuntos, a la vez que ha intentado reconstruir algunos datos de estas tradiciones y episodios, eliminando aquellos elementos que se consideran más legendarios y folklóricos, hasta tratar de llegar a un núcleo histórico. El resultado de estos intentos ha sido mixto, pues ello depende de los presupuestos y decisiones exegéticas de cada investigador o investigadora, así como también del grado de escepticismo o confianza que pongan en sus hallazgos. Como alternativa al trabajo de reconstrucción histórica que ha prevalecido en la exégesis moderna, y que muchos intérpretes consideran un callejón sin salida, en las últimas décadas se ha prestado mayor atención a la importancia de la crítica narrativa y al valor teológico de los relatos bíblicos. Este cambio de enfoque, aunque no rechaza la exégesis diacrónica, da mayor relevancia a la intención del hagiógrafo al componer un texto. Por lo tanto, hoy día la historiografía narrativa, atiende al relato y a los elementos literarios de escenario, trama, personajes y tema —sin descartar los datos históricos, sociales y culturales— y así aborda e interpreta de manera sincrónica el mensaje de los textos. Esta parece la postura más sensata para interpretar los pasajes que se tratarán en este trabajo. Por eso, tomando las debidas precauciones y asistidos por las conclusiones tentativas de estudios recientes, es posible rescatar algunos datos que faciliten fundamentar este análisis.

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