Actas del III Congreso Internacional de Mística

56 actas del ii congreso internacional de literatura mística iv. la conciencia mística en el nuevo testamento a. el bautismo de jesús Aunque parezca extraño para algunos, la reflexión cristológica de la Iglesia hace posible que se pueda hablar de las experiencias místicas de Jesús. Entre varias que podrían utilizarse como objeto de análisis, se ha seleccionado para este estudio el episodio de su bautismo, que los cuatro evangelios relatan como uno de los eventos más significativos de su vida (Meier 100-30). Estos cuentan que entre la muchedumbre de los que habían bajado a la región desértica de Judea para escuchar a Juan el Bautista, se encontraba Jesús de Nazaret. Tras haberlo escuchado, Jesús se sumó a quienes, habiéndose identificado con el mensaje de Juan, se sintieron llamados a sumergirse en las aguas del Jordán. El bautismo propiamente es narrado de una manera sucinta: “Por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán” (Mc 1, 9). Sin embargo, el midrash (Jacob Neusner) que aparece inmediatamente después del bautismo resalta la importancia (y la dificultad) que este episodio tuvo para su vida y ministerio (LentzenDeis). Aunque la redacción de este episodio apunte a un intento interpretativo o apologético por establecer la superioridad de Jesús con respecto a Juan, tras el relato de la teofanía se halla una tradición fidedigna de una experiencia visionaria que Jesús tuvo durante el bautismo (Puig 372-73). El cielo que se rasga, la voz que se dirige a él expresando su beneplácito (“Tú eres mi Hijo amado; en ti me complazco”), el espíritu que baja y se posa sobre él en forma de paloma, son elementos gráficos que tratan de describir teológicamente el evento. Desde esta perspectiva, la teofanía oculta, bajo un lenguaje ornamentado, una profunda experiencia religiosa. Otros pasajes en los evangelios que narran similares experiencias extáticas de Jesús (e.g., Mc 9, 1-8; Lc 10, 18.21; cf. Jn 1, 51) confirman la probabilidad de ese suceso. Algunas observaciones sobre los elementos más sobresalientes de este evento son pertinentes. En primer lugar, Juan surge precisamente en el momento en el que Roma, a través de sus emperadores, ha

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