58 actas del ii congreso internacional de literatura mística de manera fortuita e inesperada. En su celo por hacer valer fidelidad para con la ley, Pablo ha emprendido una violenta persecución en contra de los simpatizantes de “el camino” (como se les llama en Hechos a los seguidores de Jesús, cf. 9, 2) cuando es sorprendido por la visión. Segundo, Pablo es presentado como un sujeto moralmente inhabilitado. Por una parte, como un judío justo y celoso, Pablo se siente justificado en perseguir a los seguidores de Jesús, incluso hasta el extremo de causarles la muerte y el daño físico (cf. Hch 26, 10). Por otra parte, sin embargo, la visión, así como también posteriores datos en sus cartas, condenan sus acciones y lo presentan como un hombre pecador previo a su conversión. Tercero, el encuentro contiene elementos visuales y auditivos. Pablo ve una luz y oye una voz, aunque ni él ni sus acompañantes ven a su interlocutor. De hecho, durante el episodio, Pablo queda ciego. Cuarto, el impacto de la experiencia ocasiona que Pablo reoriente su vida. A partir de ese momento, comienza un nuevo estilo de vida que repercute de manera trascendental en la historia del cristianismo primitivo. Pablo se convierte en el gran misionero del mundo gentil y asume un papel tan decisivo en el destino del movimiento emergente que algunos lo han llamado (equivocadamente) el fundador del cristianismo. c. observaciones generales de las experiencias místicas en el antiguo y nuevo testamento Del análisis de estos textos, se desprenden varias observaciones con respecto a las características del fenómeno místico en las narraciones bíblicas. Primero, las circunstancias y los lugares en los que pueden ocurrir estos eventos son imprevistos y fortuitos. A pesar de los escasos datos con los que se cuenta, en los cinco casos presentados, el fenómeno ocurre sin que aparentemente medien circunstancias previsibles que pudieran anticiparlo. Segundo, estos pueden suscitarse tanto en lugares apartados como en áreas urbanas, tanto en sitios profanos como en recintos y ámbitos sagrados. Tercero, Dios toma la iniciativa en el acontecimiento místico. En gran medida es la prerrogativa divina la que provoca la experiencia de los personajes bíblicos. No se puede negar, sin embargo, que en algunos casos cierta disposición por parte de los sujetos está latente para que tales eventos ocurran. Al menos en los casos de Abraham, que probablemente
RkJQdWJsaXNoZXIy NzUzNTA=