Democracia, Transparencia, Participación y Bien Común

105 democracia: transparencia, participación y bien común estructuras de participación y de corresponsabilidad. 5 Surgen de ahí unos elementos esenciales de participación para que el ordenamiento social sea verdaderamente democrático: el derecho al voto y el control sobre los gobernantes, la promoción de la persona, creación de espacios es los que se materialice esa participación y el sentido de la corresponsabilidad. Conlleva, a su vez, elementos de responsabilidad correspondiente por parte de los gobernantes “de rendir cuentas de su proceder, garantizado por el respeto de los plazos electorales.” 6 El gobierno democrático, en efecto, se define a partir de la atribución, por parte del pueblo, de poderes y funciones, que deben ejercitarse en su nombre, por su cuenta y a su favor; es evidente, pues, que toda democracia debe ser participativa. Lo cual comporta que los diversos sujetos de la comunidad civil, en cualquiera de sus niveles, sean informados, escuchados e implicados en el ejercicio de las funciones que ésta desarrolla.7 El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, reconoce el rol de los partidos políticos como mecanismos para facilitar esta participación en la medida en que “están llamados a interpretar las aspiraciones de la sociedad civil orientándolas al bien común, ofreciendo a los ciudadanos la posibilidad efectiva de concurrir a la formación de las opciones políticas. Los partidos deben ser democráticos en su estructura interna, capaces de síntesis política y con visión de futuro.”8 Nótese la exigencia de que el partido mismo garantice la participación hacia su interior y su obligación de ser promotor de las aspiraciones de sus votantes, de manera que no caiga en la advertencia que hemos citado de San Juan Pablo II de ser grupos restringidos que usurpan el poder del estado, sustituyendo la democracia por la llamada partidocracia. Ello resulta en el inmovilismo, porque responde solo a la hegemonía de los propios intereses e ideologías y no al bien común del pueblo. Lo advierten los Obispos latinoamericanos en su diagnóstico de la realidad socio-política del Continente: 5 S. Juan Pablo II, op. cit., n. 46. 6 CDSI, n. 408. 7 Id., n. 190 8 Id., n.413

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