Democracia, Transparencia, Participación y Bien Común

Introducción Lcdo. José A. Frontera Agenjo decano de la Escuela de Derecho de la PUCPR “Una auténtica democracia no es sólo el resultado de un respeto formal de las reglas, sino que es el fruto de la aceptación convencida de los valores que inspiran los procedimientos democráticos: la dignidad de toda persona humana, el respeto de los derechos del hombre, la asunción del «bien común» como fin y criterio regulador de la vida política.” 1 Con esta afirmación inicia el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia la exposición del tema de los valores y la democracia. Con ella llama nuestra atención a que el modelo de gobierno democrático no se limite a la estructura formalista de las relaciones jurídicas entre estado y ciudadanos, ni tampoco a la mera participación electoral. Responde a una serie de valores en los que se funda la vida social y que garantizan el desarrollo pleno de la persona en su dignidad y sus derechos. El propio Compendio nos señala cuáles son: “ la verdad, la libertad, la justicia, el amor . Su práctica es el camino seguro y necesario para alcanzar la perfección personal y una convivencia social más humana”. 2 El magisterio social de la Iglesia nos invita a valorar el sistema democrático en cuanto “se den las condiciones necesarias para la promoción de las personas concretas, mediante la educación y la formación en los verdaderos ideales, así como de la «subjetividad» de la sociedad mediante la creación de estructuras de participación y de corresponsabilidad.” 3 Esos valores: verdad, libertad y justicia, esos propósitos de formación en los verdaderos ideales, de estructuras de participación y de conciencia de corresponsabilidad los hemos recogido en los tres momentos puntuales 1 CDSI, n.407 2 Id., n.197 3 S. Juan Pablo II, Centesimus Annus , n.46

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