Democracia, Transparencia, Participación y Bien Común
150 actas del cuarto congreso católicos y vida pública claro que aspirar cada día a dialogar y a enseñar a hacerlo es una misión importante, la tendencia a “monólogos en colectivo” y a imposiciones es frecuente pero hay que saber conducirse y abrirse paso sin ansiedad que obstruye el pensamiento y limita la comunicación. Cuando abiertamente se expresa que trabajamos en nombre de Nuestro Señor Jesucristo, tal como puede ocurrir en este ámbito universitario, esmuy bueno, excelente, pero considero que tenemos nosotros a la vez desafío y oportunidad en hacer presente la indicación de Jesús: “…por sus obras los conocerán”. ( Mateo 7,20 ) Estamos de acuerdo con un criterio expresado en el Diario Zenit del 2 deAbril del 2015que señala comoundesafíodelmundoactual encualquier sitio lo siguiente: “Un desarrollo científico y tecnológico que puede ir adelante, a toda costa y en cualquier dirección posible, sin plantearse de ningún modo el problema de que la ética del comportamiento humano debiera en cambio imponer límites”. Lógicamente es también para nosotros, como en todo el mundo, un desafío el cómo insistir y actuar para que prevalezca el respeto a la dignidad de la persona. Hay peligros que se ponen de manifiesto en la realidad profesional y que se relacionan con la presencia de criterios utilitarios que soslayan la relevancia del hombre como fin en si mismo, para verlo como un medio que permite alcanzar un fin, a veces tenido como por muy bueno o importante. Es necesario estar alerta ante cualquier elemento contaminante de relativismo moral, que tanto confunde y distorsiona la recta razón y, por supuesto, constituye un veneno en el ejercicio de la Medicina. Es por eso que hemos impregnado nuestro desempeño y nuestra enseñanza de los postulados bioéticos. La Bioética Personalista resulta una herramienta importante en nuestra labor, ayuda a enaltecer nuestra vocación de servicio y brinda posibilidades para la evangelización del ambiente profesional. Realmente su estudio y profundización han constituido una gran oportunidad para contribuir a hacer realidad la reflexión de uno de nuestros insignes educadores y forjadores de la nacionalidad cubana, Don José de la Luz y Caballero: “Instruir puede cualquiera, educar sólo el que sea un Evangelio vivo”. Decimos esto porque el énfasis que se pone en enseñar y trabajar bajo la iluminación que ofrecen los postulados éticos nos acercan también a exponer la verdad, la buena noticia, que es nuestra razón de ser. Es importante diferenciar la tarea del educador porque tal como nos comunicaba José Martí: “Instrucción no es lo mismo que
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NzUzNTA=