Democracia, Transparencia, Participación y Bien Común

154 actas del cuarto congreso católicos y vida pública además, la necesidad de un adecuado sistema de rendición de cuentas, para que el pueblo conozca y sepa cómo se ejerce dicho poder y deber. 5. Que es deber de los gobernantes velar por la eficacia y la eficiencia de las instituciones que supervisan y por el uso adecuado de los recursos públicos en un balance de las necesidad actuales de los ciudadanos y los proyectos que garantizan nuestro desarrollo hacia el futuro. 6. Que los partidos políticos están llamados a interpretar las aspiraciones de la sociedad civil orientándolas al bien común, ofreciendo a los ciudadanos la posibilidad efectiva de concurrir a la formación de las opciones políticas. Los partidos deben ser democráticos en su estructura interna, capaces de síntesis política y con visión de futuro. Los partidos políticos deben cumplir tres funciones básicas: la representación, la selección de cuadros competentes para gobernar y el reconocimiento de los ciudadanos como sujetos políticos. 7. Que nuestro ordenamiento constitucional establece un balance entre democracia directa, democracia representativa y democracia participativa que tiene las características necesarias para conseguir estos fines si se emplea, legisla y regula de conformidad con ellos. Concede al ciudadano niveles de participación necesarios para influenciar la toma de decisiones en los asuntos apremiantes para la sociedad. 8. Que es necesario un balance entre el ejercicio del poder y el reconocimiento, protección y avance de los derechos fundamentales del ser humano, que respondan a su verdadera dignidad y a su sentido de trascendencia. Ese balance incluye el reconocimiento a la práctica de la propia fe y a que ella incida de forma directa en los actos, decisiones y formas de participación de los individuos. 9. Que iluminados por esa fe, la Iglesia y los creyentes no pueden ser excluidos de los espacios públicos y hay que reconocer la necesidad de Dios como fundamento para un orden social que no pierda su sentido ni degenere en idolatrías ni totalitarismos ideológicos que esclavicen y excluyan a los seres humanos, sobre todo a los más pobres y descartados. 10. Que la participación es un deber de cada cristiano que se

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