Democracia, Transparencia, Participación y Bien Común

74 actas del cuarto congreso católicos y vida pública integral, el Papa Benedicto XVI (2009), hace una exhortación a los organismos internacionales de desarrollo económico y humano, que podemos extender a todas las instituciones católicas que tienen como norte el beneficio social y a quienes la iglesia les ha confiado sus recursos; “… los propios organismos internacionales deberían preguntarse sobre la eficacia real de sus aparatos burocráticos y administrativos, frecuentemente demasiado costosos. A veces, el destinatario de las ayudas resulta útil para quien lo ayuda y, así, los pobres sirven para mantener costosos organismos burocráticos, que destinan a la propia conservación un porcentaje demasiado elevado de esos recursos que deberían ser destinados al desarrollo. A este respecto, cabría desear que los organismos internacionales y las organizaciones no gubernamentales se esforzaran por una transparencia total, informando a los donantes y a la opinión pública sobre la proporción de los fondos recibidos que se destina a programas de cooperación, sobre el verdadero contenido de dichos programas y, en fin, sobre la distribución de los gastos de la institución misma.” El sumo pontífice alude en este pasaje al deber de los fiduciarios de velar por la eficacia y la eficiencia de las instituciones que supervisan. Pero también apunta al concepto de rendición de cuentas, el cual se puede tomar como una de las responsabilidades que subyace todas las acciones de los fiduciarios de una institución. Según un artículo publicado recientemente por Sara Gordon, PhD. (2011) del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Autónoma de México, la rendición de cuentas (en inglés, “accountability”) implica la obligación de informar detalladamente y asumir responsabilidades sobre una determinada acción o conjunto de acciones. Implica tres dimensiones; informativa, que se refiere a dar a conocer determinadas acciones; explicativa, que concierne a dar razones de lo que se ha llevado a cabo; y de evaluación, a través de la cual se pueden reconocer las acciones correctas y cuestionar las erróneas. Visto a través del prisma de rendición de cuentas de la Dra. Gordon, el cumplimiento con el deber fiduciario de los síndicos o directivos se refleja en cuatro mecanismos:

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