Democracia, Transparencia, Participación y Bien Común

Presentación en panel sobre Participación: ¿Democracia sin Dios ni religión? Lcdo. Waddy Mercado Maldonado fiscal superior y ex administrador de la Administración para el Sustento de Menores (ASUME) Como creyente encontrado por Él, más que yo buscador de Él, –como vivencia san Agustín–, es imprescindible iniciar esta ponencia con el pensamiento de Ratzinger en materia de cómo percibe éste al Estado, antes de adjetivarlo como democrático. Del inicio se precisa que “la tarea del Estado es ‘mantener la convivencia humana en orden’, es decir, crear un equilibrio entre libertad y bien que permita a cada hombre llevar una vida humana digna, correspondiendo al Estado, ante todo, gobernar, pero, en segundo lugar, es también función suya hacer que el gobierno no sea simplemente un ejercicio del poder, sino protección del derecho que asiste al individuo y garantía del bien de todos” 1 . Para Ratzinger el Estado “no constituye la totalidad de la existencia humana ni abarca toda la esperanza humana” 2 . Este principio es válido para cualquier Estado, pues, aquel que pretenda ser la totalidad de las posibilidades y esperanzas humanas termina defraudando y empobreciendo a la persona. ¿Qué se quiere decir exactamente con la expresión ‘la totalidad de la existencia humana’? Como cristiano Ratzinger entiende y utiliza, como clave para su argumentación, la famosa 1 Ratzinger, Joseph, Verdad, Valores, Poder. Piedras de toque de la sociedad pluralista , (5 ed.), Madrid, Rialp, 2005, pág. 90. 2 Ratzinger, Joseph, Iglesia, ecumenismo y política. Nuevos ensayos de eclesiología. (2 ed.), Madrid, BAC, 2005, pág. 164.

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