Yo soy cristiano: Identidad, misíon y testimonio ¿Quién soy? ¿Por qué lo soy? ¿Cómo lo vivo?

10 actas del quinto congreso católicos y vida pública pedir a Dios que no incurriéramos en el pecado de ser pusilánimes, “tener miedo de todo”. Insistía el Santo Padre que nuestra vida cristiana pasada, presente y futura está llamada a vivirse con “memoria, esperanza, valentía y paciencia”. Y nos recuerda el diálogo que a veces tenemos con nosotros mismos sobre nuestra vida cristiana: no debo arriesgarme y ante tal situación hay que ser prudente. Y nos advierte del verdadero riesgo “Los mandamientos, todos, todos… Sí, es verdad, pero esto te paraliza también, te hace olvidar las tantas gracias recibidas, te quieta la memoria, te quita la esperanza porque no te deja ir. Y el presente de un cristiano, de una cristiana así es, como cuando uno va por la calle y viene una lluvia inesperada y el vestido no es tan bueno y se encoge la tela… Almas estrechas… esta es la pusilanimidad: este es el pecado contra la memoria, el coraje, la paciencia y la esperanza. Que el Señor nos haga crecer en la memoria, nos haga crecer en la esperanza, nos dé cada día coraje y paciencia y nos libere de esa cosa que es la pusilanimidad, tener miedo de todo… Almas restringidas para conservarse. Y Jesús dice: El que quiera conservar su propia vida, la pierde”. Católicos y Vida Pública en estos dos días es un encuentro de cristianos que comparten su vida cristiana desde la “memoria, esperanza, valentía y paciencia”. El padre Thomas Judge fundador del Cenáculo Misionero del Instituto Misionero de La Santísima Trinidad les proponía un lema simple y conciso a los miembros del Cenáculo “¡Ser bueno! ¡Hacer el bien! ¡Ser una potencia para el bien!... Nuestro esfuerzo principal es desarrollar un espíritu misionero en los laicos, en todos los ámbitos de la vida secular, con el objetivo de que cada católico sea un apóstol.” Católicos y Vida Pública nos recuerda que el bien es posible… El año pasado en mis palabras iniciales les dije que “Católicos y Vida Pública es pregunta y respuesta. Pregunta porque nos permite inquirir, de manera muy íntima y personal cómo es nuestro discipulado. También es respuesta porque escucharemos testimonios de personas que, en realidades muy complejas, desempeñan sus acciones diarias y ordinarias desde la perspectiva de la Buena Nueva que Jesús nos trae”. Como diría P. Judge es posible “¡Ser bueno! ¡Hacer el bien! ¡Ser una potencia para el bien!” Agradezco en nombre de toda nuestra comunidad universitaria la presencia de ustedes hoy en este encuentro. De manera muy especial a los que, el estar aquí, ha supuesto muy largas horas de viaje dentro de una apretada agenda profesional. Al reflexionar sobre esto recordaba

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