Yo soy cristiano: Identidad, misíon y testimonio ¿Quién soy? ¿Por qué lo soy? ¿Cómo lo vivo?

122 actas del quinto congreso católicos y vida pública juez, oidor e incluso como obispo”. 12 Aún sin el ministerio sacerdotal, en calidad de laico, los indígenas lo llamaron “Tata”, es decir (padre, señor, don, sacerdote, abuelo). Fueron sus características de laico comprometido y no su vida clerical, las que lo llevaron al obispado de la diócesis de Michoacán. Fray Juan de Zumárraga, primer obispo de la diócesis de México, dijo de él: “El dicho Lic. Quiroga nos da buena lección y aun reprensión para los obispos de estas partes en gastar cuanto tiene en estos hospitales e congregaciones, e ejercitar todas las buenas obras en ellos”, y felicitó al Emperador Carlos V de su elección como obispo, porque “siendo oidor, gasta cuanto su Majestad le manda dar de salario a no tener un real y vender sus vestidos para proveer a las congregaciones cristianas que tiene en dos hospitales” 13 . Del mismo modo, y con tales referencias, el Consejo de Indias también pidió al Emperador que lo propusiera como candidato. A pesar de ser seglar, el Consejo dice que: “Se tiene muy buena relación de su vida y ejemplo, y porque ha sido y es muy inclinado a la conversión y buen tratamiento de los indios y a su instrucción en las cosas de nuestra sancta fe, en que ha gastado gran parte del salario que V. M. le ha mandado dar.” 14 La propuesta es aceptada por Roma y fue nombrado obispo en 1536, a los 60 años, –cuando la expectativa de vida era menor a los 30. Desempeñó su cargo episcopal casi 30 años más. Como era soltero, no hubo obstáculo, y de forma acelerada y sucesiva se le concedieron las órdenes sagradas. Al referirse a su nuevo cargo expresó con clara muestra de humildad: 12 Arce Gargollo, Pablo, Vasco de Quiroga, Emprendedor y Visionario Social en el siglo XVI, Ediciones ECA, S. A. de C. V., México, 2014, p.5. 13 Martín Hernández, Francisco, Don Vasco de Quiroga, Protector de los Indios, Publicaciones Universidad Pontificia de Salamanca, , Segunda Edición, Salamanca, 2004, p.190. 14 Ibíd. p. 190.