Yo soy cristiano: Identidad, misíon y testimonio ¿Quién soy? ¿Por qué lo soy? ¿Cómo lo vivo?

20 actas del quinto congreso católicos y vida pública importante, y no sucumbe a la regla tuitera. La experiencia en las redes sociales ha mostrado su terrible reverso oscuro: el acoso, la difamación, el insulto, que se propaga con una enorme ligereza y que queda casi siempre impune. Frente a esa ley de la jungla tuitera, vale todo. Donde el dolor ajeno nada cuenta, los periódicos afectan las reglas del juego. Tienen sus límites en leyes en defensa del honor y en sus propias normas de ontología. El respeto a las leyes democráticas y a nosotros mismos, y nuestras leyes en las pautas de conductas hacen que la mentira flagrante y el insulto estén fuera de los códigos de la prensa de calidad. Asumimos que dentro del marco de informar y opinar, no hay que dar rienda suelta a la bilis de cada uno. Eso diferencia a la gran prensa de las redes sociales y de las alegrías blogueras. Los periódicos clásicos somos serios y fiables, así somos todavía un asidero de rigor en medio del voluble oleaje digital. La red está llena de mentiras, de calumnias y de estupideces. Es un gran invento, sin ningún género de dudas, pero está todavía pendiente de ponerse al día, de sujetarse y someterse al estado de derecho. Hoy el sistema regulatorio es inútil todavía en la red. Porque lo que prima, como decíamos antes, es el algoritmo y el software, no la ley, no el estado de derecho y todavía los gobiernos avanzados y democráticos no lo han comprendido bien. A Beckham, por ejemplo, le han robado el otro día correos privados en los que se insinúa que se aprovechaba de ser embajador de la UNICEF para mejorar su imagen de cara a ser un día “Sir”. Lo ha publicado un consorcio de medios llamado Football Leagues . Para mí, esta forma de periodismo me parece execrable. Esa información basada en robar la correspondencia privada de las personas, algo que en realidad supongo debe ser un delito, ¿o acaso a un vecino se le puede ir al buzón y robarle sus cartas, leerlas e incluso divulgarlas? Pero los periódicos, muchos de prestigio, se contagian de ese periodismo, por publicar material robado. Ese es periodismo del peor y un ejemplo de mala reputación para muchos medios. La intimidad, la privacidad, con toda seguridad está siendo el ultimo paraíso del ser humano. Pero además no siempre es calidad lo que hay en las redes. La noticia más vista en el venerable Telegraph en plena campaña del Brexit en el Reino Unido, con una diputada asesinada a tiros en plena contienda, lo más leído era que Jennifer Aniston desmentía que iba a tener un bebémilagro. El problema, amigos míos, no solo somos los periodistas, también la audiencia que está ahí y que tiene su cuota de responsabilidad en el mundo que hacemos.

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