Yo soy cristiano: Identidad, misíon y testimonio ¿Quién soy? ¿Por qué lo soy? ¿Cómo lo vivo?

36 actas del quinto congreso católicos y vida pública teológico de ese grupo, que propugnaba una Iglesia pobre y para los pobres, tuvo como portavoz al cardenal Lercaro, acompañado, entre otros, por monseñor Hélder Câmara. Obispos españoles, uno: el entonces auxiliar de Valencia, y luego obispo de Huelva, monseñor Rafael González Moralejo, que dedica a este grupo de obispos unas preciosas páginas en su libro El Vaticano II en taquigrafía . Los obispos del “Pacto de las catacumbas” se comprometieron a “no poseer bienes muebles ni inmuebles, ni tendremos cuentas en el banco, a nombre propio; y, si es necesario poseer algo, pondremos todo a nombre de la diócesis, o de las obras sociales o caritativas”. Y añadían: “Haremos todo lo posible para que los responsables de nuestro gobierno y de nuestros servicios públicos decidan y pongan en práctica las leyes, estructuras e instituciones sociales que son necesarias para la justicia, la igualdad y el desarrollo armónico y total de todo el hombre y de todos los hombres”. El papa Francisco ha sido muy claro en su Exhortación Apostólica Evangelii gaudium : “Hacer oídos sordos al clamor de los pobres, cuando nosotros somos los instrumentos de Dios para escuchar a los pobres, nos sitúa frente a la voluntad del Padre” (n. 187) Decía san Ignacio de Loyola en una famosa carta al Colegio de Padua: “Jesús fue pobre, eligió pobres para vivir con ellos, y la amistad con el pobre nos hace amigos del Rey eterno”. Aquel Rey que nació en Belén. 6. para que la iglesia esté en salida tiene que ser una iglesia reformada ¿Ha inaugurado, o ratificado, el papa Francisco una nueva etapa, –tercera si seguimos las clasificaciones de Pottmeyer y de Kasper– respecto a la recepción del Concilio Vaticano II? ¿Qué papel juega, en esta nueva etapa, el proceso de recolocación eclesial, de “centramiento” en lo necesario –pérdida de autorreferencialidad–, y de purificación, de reforma? Destaquemos, por ejemplo, la cuestión de la contribución del Vaticano II a la reforma de la Iglesia; la necesaria credibilidad de la Iglesia como institución mediadora; o el papel de las mujeres; o la evolución de las formas del ejercicio de la colegialidad a través de las Conferencias Episcopales, entre otras.

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