Yo soy cristiano: Identidad, misíon y testimonio ¿Quién soy? ¿Por qué lo soy? ¿Cómo lo vivo?

70 actas del quinto congreso católicos y vida pública mundo, sino que los libres del mal” (Jn 17, 15), pedía Cristo al Padre en la Última Cena. Así que, asumiendo la ambición y la provocación, les propongo a continuación tres puntos de reflexión que nos ayuden a tomar conciencia de ese mandato y ver qué nos ayuda a llevarlo adelante hoy. En primer lugar me gustaría decir algo sobre la crisis, cómo entenderla y afrontarla. En un segundo momento, creo importante reflexionar sobre el sentido de la misión compartida en el quehacer de una institución académica. i. crisis, ¿qué crisis? Me gustaría pensar con ustedes en primer lugar, por tanto, qué entendemos por crisis, y qué tipo de crisis es la que de verdad nos interpela, o mejor dicho, aquella por la que, a mi juicio, deberíamos dejarnos interpelar. El papa Francisco en un esclarecedor discurso en el V Congreso de la Iglesia italiana trazaba el siguiente diagnóstico, a mi juicio muy certero, que me van a permitir que les lea: “Se puede decir que hoy no vivimos una época de cambio sino un cambio de época. Las situaciones que vivimos hoy plantean desafíos nuevos que para nosotros, a veces, son incluso difíciles de comprender. Nuestro tiempo nos pide vivir los problemas como desafíos y no como obstáculos: el Señor está activo y obra en el mundo. Vosotros, por lo tanto, salid por las calles e id a las encrucijadas: llamad a todos los que encontraréis, ninguno excluido (cf. Mt 22, 9). Sobre todo acompañad a quien se ha quedado al borde del camino, «tullidos, lisiados, ciegos, sordomudos» ( Mt 15, 30). Dónde sea que os encontréis, no construyáis nunca muros ni fronteras, sino plazas y hospitales de campaña”. (http://w2.vatican. va/content/francesco/es/speeches/2015/november/documents/papa- francesco_20151110_firenze-convegno-chiesa-italiana.html) La crisis de la que se habla constantemente en los medios de comunicación, desencadenada por la crisis económica y con consecuencias políticas, sociales y culturales, tiene unas raíces más profundas. Para analizarlas hace falta una visión de fe, una mirada a la realidad que penetre más allá de los datos, de las cifras, de las situaciones, y que penetre hasta lo más profundo del corazón del hombre,

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