Iglesia, Estado y Sociedad Ruptura y Continuidad 1800-1868

99 Juan Bautista Pieretti. Otros pueblos que vieron nacer a futuros sacerdotes criollos fueron Arroyo, Toa Baja, Cayey, Hormigueros (donde nació José Monserrate de Lugo, primer cura de Salinas y Santa Isabel y, al parecer, proponente de que la patrona de Salinas fuese la Virgen de Monserrate), Sábana Grande, Juana Díaz, Caguas, Bayamón, Guayama, Coamo, Manatí y Cabo Rojo. Hubo sacerdotes de quienes sólo se indica que eran naturales de esta Isla y no hemos podido encontrar hasta el presente su pueblo de origen. La inmensa mayoría de los sacerdotes que habían nacido en el extranjero procedían de un sinnúmero de pueblos, provincias o diócesis de la Península, según se señala. Hubo otros que llegaron de diversos destinos. Desde Venezuela y Cumaná, proceden dos de cada uno de estos lugares y otros tres llegaron de Córcega, Francia y Santo Domingo. Entre ellos merecen especial mención Pedro Cestiá Baylón e Ignacio Centeno. El primero estudió medicina en París y luego de ordenarse se desempeñó en Santa Isabel. Fue el primer párroco en propiedad de Salinas. Luego de haberse ido a Martinica con licencia, regresó a la Isla asignándosele la parroquia de Vieques, donde falleció. Ignacio Centeno también sirvió en Vieques como Sacristán presbítero en 1859 y de ahí pasó a Santa Isabel ese mismo año, pueblo donde fue robado y asesinado en abril de 1861 1 . Estos datos nos llevan a concluir que durante el periodo de estudio ha habido un notable aumento de clero de origen extranjero en comparación con la segunda mitad del siglo XVIII. cargos desempeñados A pesar de la gran cantidad de clero peninsular en el sur borincano durante estas seis décadas del siglo XIX, treinta y siete identificados, la mayoría de las posiciones de Curas rectores y Párrocos estaban ocupadas por criollos y las mantuvieron por muchos años. En Coamo tenemos a Triburcio González Esmurra, Cura y Vicario, quien estuvo a cargo de la parroquia entre 1780 y 1808; Josef Navarro fue su Cura Teniente entre 1791 y 1805; el Dr. Don Francisco Javier de Ayesa, de 1808 al 1822, José María de Seda, del 1822 al 1843 y Juan Antonio Pérez quien permaneció desde 1843 hasta el final del periodo que nos ocupa. O sea, que en ochenta y ocho años de historia parroquial coameña, sólo cuatro curas criollos dirigieron la misma. En Ponce, los datos y la composición de la línea de sucesión y servicio sacerdotal son más difíciles de reconstruir por la pérdida de los libros parroquiales en un fuego ocurrido a mediados del siglo XIX. Más de esa parroquia podemos enunciar lo siguiente: el padre Juan Nepomuceno Jiménez fue Cura párroco entre 1819 y 1846 y luego José Balbino David la dirigió a partir del 1851 y rebasó por ocho años el periodo bajo estudio. En Guayama, Manuel Saturnino Roubert fue Cura rector entre 1828 y 1861, a pesar de un serio problema de cataratas del cual se 1 Archivo Histórico Diocesano, Arquidiócesis de San Juan, Libro Biográfico del Clero, p. 131. El clero en el sur de Puerto Rico...

RkJQdWJsaXNoZXIy NzUzNTA=