Iglesia, Estado y Sociedad Ruptura y Continuidad 1800-1868

109 viviendo sus hermanos afroamericanos en la vecina nación Norteamericana. En este escenario, ese hombre pudo ver una nación dividida, una guerra civil, muertes por doquier, linchamientos, iglesias protestantes –algunas esclavistas y otras contrarias a la esclavitud– negros libertos y negros que fueron esclavos denunciando esta vergonzosa condición. Así quedó demostrado, con la ingeniosa labor de Fredrick Douglass, Sojouner Truth (Isabella), y Booker T. Washington, entre otros. En este escenario, la Iglesia, aunque separada del Estado, hizo trabajo evangelizador. Gran cantidad de iglesias protestantes en el sur, dirigidas por pastores negros, aunque en minoría, fueron de gran provecho en los trabajos espirituales de los escasos sacerdotes católicos negros. En el Caribe, éste no fue el escenario para los negros esclavos. Sí, tenemos que destacar el coraje, la rebelión; el logro temprano de la erradicación de la esclavitud y finalmente la independencia nacional (1804) de la joven nación haitiana, asunto que causó gran temor al resto de las colonias españolas vecinas. L’Overture, Dessalines y Petion erradicaron físicamente la presencia blanca francesa en la Isla, preservando hasta donde se pudo a la Iglesia Católica. Fuera de esta demostración de coraje libertario por parte de un sector de negros haitianos, en el resto de las islas caribeñas españolas nada ocurre. La represión era muy fuerte. A todo aquel negro que intentara imitar a los haitianos, los nefastos gobernadores locales, con sus Omnímodas Facultades, predicaban el terror. El Bando Negro, y otras oprobiosas leyes se encargaron de esto. Muchos religiosos de entonces eran dueños de grandes haciendas azucareras y tenían esclavos. El cimarronaje sería entonces una de las más atractivas actividades. Puerto Rico era una sociedad racialmente mixta desde la segunda mitad del siglo XVI. La mitad de la población estaba clasificada como blanca, antes de la abolición de la esclavitud, en 1873. Los puertorriqueños clasificados como negros libres y mulatos componían el 40% en la Isla durante el siglo XIX. Indiscriminadamente, era aplicado el odioso “Bando de la Raza negra”. Fuera bozal, criollo, mulato o con alguna “raja” de negro, se aplicaba con el mismo rigor: “Este bando fue represivo y punitivo y no estableció diferencias entre el africano libre o esclavo. Sólo bastaba que fuese africano o descendiente de él para verse incluido en las estipulaciones del bando.” 9 Explica Guillermo Baralt: “Según el Art. I, cualquier delito en que se vieran envueltos los miembros de la raza negra, fueran libres o esclavos, serían juzgados. El Art. II reafirma la superioridad ante la ley del blanco sobre el negro, cuando señala que cualquier africano que hiciese armas contra blancos, será, si fuese esclavo, pasado por las armas y si libre se le cortará la mano derecha”. 10 La tenencia y la compraventa de esclavos era un asunto de naturaleza 9 Luis A. Figueroa - “Sugar, Slavery, and Freedom in Nineteenth Century”. Univ. of N.C. Press. 2005. Pág. 50. 10 Guillermo Barat - “Esclavos Rebeldes”. Ed. Huracán. Inc. Rio Piedras, P.R. 1982 pág. 129-130. La Iglesia ante la Esclavitud Negra en Puerto Rico...

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