Iglesia, Estado y Sociedad Ruptura y Continuidad 1800-1868
130 con méritos, pero sin asecensos Las ternas en las que fueron elegidos los doctores Montesinos y Maestri, estaban tres clérigos puertorriqueños que nunca llegaron a ser parte del cabildo, a pesar de ser reconocidos como sujetos de mérito. Tanto los obispos Mariano Rodríguez de Olmedo como Pedro Gutiérrez de Cos daban fe de ello. Los eclesiásticos eran Pedro Pablo Acevedo, Juan Manuel Carbonell y Manuel García Cazuela. Pedro Pablo Acevedo era natural de Moca, hijo legítimo de don Martín Lorenzo y de doña María González. Se había ordenado como sacerdote en 1803. Desde 1805, fue párroco de Moca y, desde 1817, vicario foráneo de Aguada. Construyó los templos de ambos pueblos con sus bienes y, además, se le reconocía por el socorro que prestaba a los pobres. Era un clérigo de conducta arreglada, circunspecto, modesto, conservador de la paz y defensor del sistema monárquico. 28 Juan Manuel Carbonell era natural de la capital, hijo legítimo de don Juan Francisco y de doña María de la Concepción Rodríguez. Se ordenó en 1812, después de estudiar en el convento de los dominicos. Fue teniente cura en varios pueblos hasta que en 1815 ganó en concurso la parroquia de Fajardo. En 1825 reedificó el templo. Se calificaba como un clérigo de arreglada conducta, puntual, de exacto cumplimiento de sus deberes y de expresado amor al Rey. 29 Manuel García Cazuela era natural de la capital, hijo legítimo de don Antonio y de doña Inés Tello. Fue párroco de Gurabo desde 1810 y de Mayagüez a partir de 1814. En 1819, el obispo Rodríguez de Olmedo lo presentaba para una prebenda como un sacerdote de arreglada conducta, de distinguidos méritos, servicios y sobresalientes circunstancias, además de promover la fidelidad al Rey. 30 En la presentación ante la Cámara de Indias que se hacía de Manuel Almaza, en 1835, para la ración que dejaba José Luis Montesinos, se alude al problema de la ausencia de los naturales en el cabildo de la catedral. En esa representación, se habla de “la justicia e importancia de preferir para las prebendas de entrada a los naturales de la Isla que se consideran con derecho a ellos y disgusta el verlos ocupado por forasteros”. 31 Almasa era natural de la capital, se había ordenado en 1808, después de estudiar en el convento de los dominicos. Fue vicario foráneo de Coamo hasta que en 1813 ganó el concurso de sacristán mayor de la catedral. Al momento de recomendarlo para la prebenda, era el teniente cura más antiguo de la catedral. Se presentaba como un clérigo de reconocido mérito, de virtud y literatura, de exacto cumplimiento de su ministerio y fiel al Rey. 28 Relación de méritos de don Pedro Pablo Acevedo. AGI, Ultramar, Legajo 503, fols. 918-919v. Consultado en CIH-UPR, carrete 222. 29 Relación de méritos de don Juan Manuel Carbonell. AGI. Ultramar, Legajo 503, fols. 935-936. Consultado en CIH-UPR, carrete 222. 30 Relación de méritos de don Manuel García Cazuela. AGI. Ultramar, Legajo 503, fols. 915-916v. Consultado en CIH-UPR, carrete 222. 31 Proponen a don Manuel Almansa como racionero. AHN, Ultramar, 2005, exp. 23. PARES. Prof. César Augusto Salcedo Chirinos
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