Iglesia, Estado y Sociedad Ruptura y Continuidad 1800-1868

146 su primera misa en esta nuestra santa iglesia, tenemos el gusto de manifestar que será mañana Domingo 15 del que cursa. Lo hacemos notorio, tanto porque estamos autorizados para ello, cuanto por el íntimo convencimiento que tenemos de que este aviso será recibido con aplauso, y hará que asistan todos los que puedan. Nos alegraremos de ello asi por que no dudamos estimarán esta invitación, como igualmente por que en esta ocasión acreditarán su religiosidad y deseo de ser complacientes. Desde el año 1817 que celebró su primera misa el Pro. D. Bartolomé Palau, no ha habido otro sacerdote que cantara su misa nueva en esta Parroquia hasta ahora que el Pro. Pieretti se dispone a hacerlo en el mismo pueblo en que nació que es Ponce, donde tiene a su Sra. Madre y hermanas con su cuñado. El Padre Pieretti es bien nacido, su familia es amable y virtuosa, y él debe su carrera al Pbro. D. Miguel Arjona que se propuso doctrinarlo y guiarlo por el sendero que lo condujo al pináculo de su felicidad; y decimos de su felicidad, por que habiendo tenido vocación a la carrera eclesiástica, a la cual fue llamado, hoy le tenemos investido del carácter sacerdotal, y cuando comparamos la vivacidad infantil con la gravedad y circunspección de la adolescencia, que mas bien puede llamarse senectud, nosotros mismos no comprendemos que es lo que causa esa transición, ni cuáles son los agentes de ella; empero séanos permitido decir que el Señor se vale á veces de ciertos instrumentos, y por medio de ellos se logra l adquisición de un mortal, que mañana es útil á su patria, á su familia y á si propio. Los buenos sentimientos que su virtuosa madre le inspirara, ya que muy temprano quedó huérfano de padre; la decidida protección y constancia del padre Arjona, y el respeto y docilidad con que el joven Pieretti se portaba, fueron el móvil para no desmayar en la carrera pues contaba con cortos recursos pecuniarios. Ya vestía hábito talar, ya había recibido prima tonsura, ya iba haciendo rápidos progresos, cuando verifica el Exmo. Sor. Esteve, nuestro dignísimo Prelado, su santa pastoral, se entera S.E.I. de que en Guayanilla se encontraban cuatro jóvenes llamados al Sacerdocio quienes a sus virtudes reunían idoneidad y vocación; les confiere las cuatro órdenes menores, y tan luego como volvió a la Capital S.E.I. pide al padre Arjona para familiar, mejor dicho para acoger bajo su poderosa protección á uno de los cuatro clérigos referidos, y el señor cura obedeciendo al Prelado propone a ellos cual debía ser el que marchara, pues ciertamente no quería aparecer apasionado con uno con perjuico del otro, y somete la elección a los mismos, quienes para probar el acierto y juicio con que procedimiento aquí resultó decidirse por Pieretti en atención á ser el más pobre, quien sin pérdida de tiempo se trasladó a donde S.E.I. Los bellos modales de este joven, muy pronto abogaron a su favor para captarse la benevolencia del Prelado y demás del Palacio: recibió el Subdiaconado, luego el Diaconado, y finalmente el 10 de abril último el Presbiteriado, con mas el nombramiento de sacristán mayor de esta Parroquia en que le tenemos, y en la que le veremos mañana ofrecer el primer sacrificio [sic]. 17 El padre Pieretti se encargó de cultivar el amor por el sacerdocio. Fruto 17 El Ponceño (Ponce), Año II, Núm. 46, sábado 14 de mayo de 1853, p. 3. Dr. Otto Sievens Irizarry

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