Iglesia, Estado y Sociedad Ruptura y Continuidad 1800-1868

162 “Antiguo Régimen” y las instrucciones a los alcaldes para que organizasen los Ayuntamientos, según lo estaban en 1820, y la orden de que se cantará el Te Deum en la iglesia Parroquial . Mientras, en Madrid, el 3 de diciembre de 1823 fue nombrado el brigadier de la Real Armada don Domingo Monteverde Capitán General de Puerto Rico. Sin embargo, las recomendaciones de los ayuntamientos 17 , clero y pueblo puertorriqueño consiguieron revocar tal nombramiento a favor de La Torre el 10 de febrero de 1824 18 . Los pueblos de Arecibo, Vega Alta, Morovis y Toa Baja felicitan al Rey por verle restaurado en su augusto trono y en el goce de sus soberanos derechos y piden se digne confirmar la continuación del mando de aquella Ysla en el mando de su actual capitán general don Miguel de la Torre . Entre los firmantes está el cura párroco. El 20 de agosto de 1824, el Ayuntamiento de San Juan comisionó a don Francisco Illas, primer alcalde, para que llevara la felicitación de dicha corporación al Rey. Illas acompañado de don Manuel Luciano de La Torre, hermano y apoderado del gobernador interino, felicitó al Rey en La Granja de San Ildefonso y le rogó el nombramiento para La Torre y la 3ra media sala de Audiencia para la Isla 19 . A las manifestaciones de los pueblos se unieron las de los eclesiásticos conservadores como Alonso de Andrade y Gutiérrez del Arroyo y, cómo no, el obispo Rodríguez de Olmedo. a. El discurso del obispo Rodríguez de Olmedo el 31 de diciembre de 1823 Las deseadas cualificaciones para un obispo durante las guerras de independencia de América que La Torre esperaba, las cumpliría con creces el obispo Rodríguez de Olmedo desde su desembarcó en el muelle de San Juan el 19 de diciembre de 1823. La muchedumbre salió a recibirlo entre vivas a la Religión, al Rey y al Obispo lo que interpretó éste como manifestaciones propias de un pueblo amante de Fernando VII y que no se había dejado influenciar por doctrinas de vandalismo filosófico que tanto daño habían hecho. La comitiva le acompañó a la catedral donde cantaron el Te Deum ; a la casa del Gobernador y Capitán General -no sólo por cortesía apunta el Obispo- sino por justo reconocimiento y al Palacio Episcopal. El 31 de diciembre de 1823 el obispo pronunció un discurso en el más vivo espíritu de la unión del Trono y el Altar o del Manifiesto de los persas . En el discurso destacó la fidelidad puertorriqueña al Rey, la defensa de las sanas costumbres y de la 17 AHN, Ultramar, 2004, Exp. 19, los pueblos de Arecibo, Morovis, Toa Baja y Vega Alta felicitan al Rey por su restablecimiento en el trono y le piden la permanencia de La Torre en el gobierno de la Isla. 18 AHN, Ultramar, 2004, Exp. 18, Josef de la Cruz, Ministerio de Guerra: Al capitán General de Andalucía digo con esta fecha lo siguiente: “El Rey N.S. me manda diga a V.E. que prevenga al Brigadier D. Domingo Monteverde, electo Capitán General de la Ysla de Puerto Rico que suspenda el embarque a que esta preparado para la dicha Ysla: mediante a haber resuelto S.M. que continúe en aquel mando el Mariscal de Campo D. Miguel de la Torre”. De Real orden lo trasmito a V.E. para los efectos correspondientes en el Ministerio de su cargo. Dios guarde a V.E. muchos años. Palacio, 10 de febrero de 1824. 19 AGI, Ultramar, 2004, exp. 22 y exp. 20 respectivamente. Dra. Delfina Fernández Pascua

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