Iglesia, Estado y Sociedad Ruptura y Continuidad 1800-1868

169 San Germán, mientras La Torre volvió a la costumbre antigua de distribución en dos. la torre y el obispo don pedro gutiérrez de cos (1825-1833) La gestión de La Torre contó con el reconocimiento del cabildo catedralicio, del provisor interino, de los ayuntamientos y de los labradores a la llegada del obispo en propiedad. Así, el 8 de abril de 1826 el Cabildo Eclesiástico y el clero representaron y suplicaron al Rey 48 la conservación en aquel mando de su Capitán General D. Miguel de la Torre por lo útil y necesario que era su servicio y para la seguridad de la Isla y felicidad de sus habitantes . El Cabildo elevó este escrito por el temor de que removieran a este jefe tras su ascenso en rango cuando garantizaba la seguridad y tenía grandes planes y proyectos que podían quedar inconclusos si partía tan celoso Gefe 49 . El Provisor en funciones, por enfermedad del propietario, Gutiérrez del Arroyo, hizo lo propio en el aspecto religioso y en la misma fecha recomendó a La Torre “ por las ventajas que experimenta y aún pronostica adelantar en la isla, por su celo efectivo por la paz, tranquilidad y fomento de la agricultura, comercio … y la esperanza que se tiene de que la continuación en el mando sea el restablecimiento total de las virtudes políticas y morales que entorpeció de algún modo el execrable sistema de la Constitución. ” El cabildo de la capital invitó a las Villas de San Germán, Aguada, Coamo y Arecibo a expresarse a favor de la continuidad de La Torre por sus virtudes, su vigilancia y las benéficas ideas con que procura la felicidad de toda la Isla . En las exposiciones que cursaron al Rey recordaron la solicitud que en 1825 elevaron pidiendo el título de conde de Puerto Rico libre de las lanzas y medias anatas para el expresado Capitán G en atención a sus méritos y servicios. Los hacendados hicieron algo más por La Torre, ya que se reunieron con objeto a levantar un millón de pesos de empréstito para el fomento de la Industria de dicha Isla 50 ; diseñaron el plan para su propia seguridad -que publicó La Torre en julio de 1826- que cortó la trama de los negros de Ponce para matar a sus amos y apoderarse del pueblo y el reglamento de educación y de la policía de esclavos tema que ampliamente ilustró en este Simposio Ivette Pérez. A los reclamos a favor de La Torre se unió el recién llegado obispo en propiedad, el peruano don Pedro Gutiérrez de Cos, a quien le dispensó el gobernador esmeradas atenciones y quien cumplía el perfil esperado por éste, pues siendo obispo de Guamanga fue expulsado por San Martín en 1817 por arengar en el púlpito contra los independentistas, pero además porque –dijo La Torre- 48 AHN, Madrid, Ultramar, 2029, exp. 1, 1826-1838, “ Sobre el juicio de residencia del gobernador Sr. De la Torre. 49 Ibídem pasa a Guerra el 24 de julio de 1826, 50 Las gracias pedidas fueron concedidas el 26 de febrero de 1828: según petición de los hacendados se permitía la negociación de un empréstito extranjero para animar la Agricultura e Industria fomentando especialmente los ingenios de cañas abandonados e incultos por falta de caudales y el nombramiento del gobernador se prorrogue y concediéndole título de Castilla , que llegará en 1836 “Conde de Torrepando”. Don Miguel Luciano de La Torre y Pando...

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