Iglesia, Estado y Sociedad Ruptura y Continuidad 1800-1868
207 55. Teodoro Luna - No se encontró ninguna información. 56. Juan de Flores – Se encuentra en la lista del Padrón de vecinos de Cidra en 1808. Era un miliciano jubilado en 1817. Se casó con Beatriz López y participó del Reparto de Gastos Públicos (1817-1825) y Reparto de Subsidio (1826). 57. Francisco Rivera Sánchez – Era una persona perteneciente a la lista del Padrón de vecinos de Cidra en 1808. Se trata de un miliciano aforado (1817-1820) que participó del Reparto de Gastos Públicos (1817-1825). La pregunta sería, ¿quiénes aparentemente no colaboraron en el desarrollo del pueblo? Cuando se dice “aparentemente”, se trata de un grupo de personas de las cuales no se desprende ningún dato de los documentos, periódicos, libros o tradición oral. Al no encontrarse nada alusivo a estas personas, se deduce que no hubo participación en dicho establecimiento. Existen, pues, dos grupos: los que están en el Padrón (1808) y participaron en el desarrollo del pueblo; y los que están dentro de la lista del Padrón (1808), pero no colaboraron en el proceso. Los vecinos peticionarios que se matricularon únicamente dentro de la lista del Padrón son: Manuel Rodríguez Torres, Juan González Pacheco, Ynés Ortiz, Juan Bruno de Rivera y Felipe Cartagena. No hay ningún documento que corrobore la presencia de dichas personas después del Padrón. Se limitaron a participar en la petición para un nuevo pueblo, parroquia y aparecer dentro del Padrón. ¿Cuáles fueron las razones? Las causas pudieron haber sido varias: muerte, emigración a otro pueblo o, como le pudo suceder a Ynés Ortiz, casarse por segunda vez y haber quedado en el anonimato. En dicho caso sólo se tiene rastro de ella dentro de la lista del Padrón de vecinos de Cidra en 1808. Contrario a Ynés Ortiz, existen varias referencias de Juana de Soto. Las mujeres que podían enlistarse dentro del Padrón, eran cabezas de familia; es decir, viudas con prole. Estas heredaban las propiedades de su esposo. El otro grupo de personas fueron los que sólo secundaron la petición: Máximo Díaz, Wenceslao Rodríguez Torres, Torivio Caraballo, Juan Pérez, Pablo Negrón, Juan del Rosario, Baltasar Reyes y Teodoro Luna. Según es posible observar, son muy pocos los que no siguieron la ardua empresa. En síntesis, se presentan varias premisas de los vecinos que promovieron el expediente para la fundación. Todos los peticionarios eran propietarios y cabezas de familia; aunque tengamos una excepción a la regla con Ciprián Negrón, quien fue catalogado como agregado 44 para 1838. Pudiera ser que no se tratase de la misma persona, pero su edad es significativa: sesenta y tres años. Se debe tener en mente que entre 1808 (fecha del padrón) y 1838 (fecha de la matrícula) han pasado treinta años. En segundo lugar, las personas que se inscribieron en dicho Padrón tenían que tener más de dieciséis años. No se ha encontrado otro, Ciprián Negrón, en los manuscritos. Como antes se ha señalado, ello es sumamente raro, ya que 44 Agregado es la persona que vive con otros y que no tiene propiedad. La Iglesia de Cidra: punto focal de la fundación...
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