Iglesia, Estado y Sociedad Ruptura y Continuidad 1800-1868

26 La nación entera se había puesto en armas contra la invasión napoleónica, como cantó en vulgares décimas el joven poeta giennense Bernardo López. Una declaraba con desgarrada y honda voz patriótica: Y cuando en hispana tierra pasos extraños se oyeron, hasta las tumbas se abrieron gritando: ¡venganza y guerra! 17 Pero la Constitución no tardó en desaprobarse, o al menos en discutirse, en algunos sectores del país, y el descontento cundió también entre los españoles de fuste tradicional. Un campo propicio para la divergencia, y aun para la disputa, fueron las reuniones festivas de militares y eclesiásticos en Puerto Rico. 18 El manifiesto más sonado contra la Constitución lo dieron y firmaron 69 diputados. 19 Y lo presentaron a Fernando VII en Valencia 20 cuando regresó a España como rey “constitucional” (no “absoluto”), después de la detención a que le había sometido Napoleón. El manifiesto de los persas , como se le llamó, dio pie al Rey para abolir la Constitución de 1812, por un real decreto promulgado en Madrid el 4 de mayo de 1814. El golpe de Fernando VII dio al traste con la Constitución, con el gobierno “constitucional”, provocando el rabioso descontento de los constitucionalistas. En mala hora todo ello. Porque van a distinguirse y fraccionarse por periodos cronológicos cortos las alternativas de poder. Esquemáticamente: 1. Bienio constitucional, 1812 - 1814. 2. Sexenio absolutista, 1814 - 1820. 3. Trienio constitucional, 1820 - 1823. 4. Década absolutista, 1823 - 1833. 5. Década constitucional, 1833 - 1843. 6. Década moderada, 1843 - 1853. La escueta reseña de períodos es indicadora de rápidos cambios de gobierno. Y lo peor, al ser desequilibrante el turno de las alternativas, altero los proyectos de gobierno, radicalmente opuesto de un periodo a otro. Fue una oposición destructora del Estado. España no sólo perdió su imperio americano, sino también se empobreció, se autodestruyó. Y ciñéndonos a las relaciones entre Estado e Iglesia, resultaron tremendamente nocivas para ambas partes las frecuentes alternancias de los constitucionales y de lo absolutistas en el gobierno. 17 Bernardo LÓPEZ GARCÍA, ¡Dos de mayo! , estrofa 8: José BERGÚA, Las mil mejores poesías de la lengua castellana , Madrid, Ediciones Ibéricas, 1969, p. 442. 18 Lidio CRUZ MONCLOVA, Historia de Puerto Rico (siglo XIX) , vol. 1, Rio Piedras, 1965, p. 10. 19 Cf. Vicente PALACIO ATARD, La España del siglo XIV , 1808 – 1898, Madrid, 1978, p. 74. 20 Manifiesto o representación que al señor don Fernando VIII hacen en 12 abril de 1814 los que suscriben como diputados de las actuales Cortes ordinarias. Rvdo. P. Maestro Dr. Álvaro Huerga Teruelo, O.P.

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