Iglesia, Estado y Sociedad Ruptura y Continuidad 1800-1868

56 clérigos de todas clases. 6 El tradicionalismo católico, como filosofía absolutamente providencialista, afirmaba que todo estaba ordenado por Dios, que el hombre estaba llamado a realizar “el plan de Dios” en la tierra, como lo entendía la Iglesia. Esto incluía a la monarquía y a la sociedad señorial de origen feudal. Rechazar “el orden establecido por Dios”, que era tenido por permanente e incambiable, significaba para éstos un rechazo a Dios y, en consecuencia, una herejía. A partir de esta posición, los apologistas católicos enfocarán sus ataques contra la “igualdad de derechos”, la “libertad” y la “autonomía de la razón” y defenderán la monarquía absoluta como único régimen católico y ordenado por Dios, a la vez que atacarán todo intento de sufragio popular y de gobierno constitucional. Entre los que cito, el más representativo y radical, Fray Fernando de Zevallo, autor de La falsa filosofía, el ateísmo, deísmo, materialismo y demás sectas , (publicado en 6 volúmenes en 1775) argumenta que el Príncipe no debe recibir limitaciones de los inferiores; ataca a los nuevos filósofos por proponer la participación del pueblo en el poder político, porque estos se proponen destruir la religión y el Estado; propone destruir el pacifismo de los ilustrados para “atacarlos con la guerra, la pena de muerte y la tortura”; justifica su represión en base a que “Jesucristo proveyó el remedio en el uso de espada”, al igual que San Pablo, Tertuliano y San Agustín, y por esto, dice, “debemos desvanecer los escrúpulos de los que dudan sobre las justas causas de la guerra”; y finalmente los sentencia a muerte cuando escribe: “la muerte pues no es injusticia cuando viene de la mano de aquel que graciosamente nos da la vida”. Entre estos apologistas católicos españoles enemigos de las ideas de la Ilustración que más tarde alimentarán la Iglesia anti-liberal, sobresalen los siguientes: Padre Cádiz, Soldado católico en guerra de religión , estudiado por Francois López. Dice el Padre Cádiz; “la libertad… ha sido siempre la raíz y el origen de todas las herejías y aún más, de todos los pecados”. El Presbítero Antonio Vila Campos, autor de El vasallo instruido en las principales obligaciones que debía a su legítimo monarca , confía a la Inquisición “la limpieza de los herejes de la Ilustración”. Clemente Peñalosa Zúniga, en La Monarquía , afirma que resistir las órdenes del Príncipe “es crimen abominable, incompatible con el espíritu del evangelio”. 7 Entre 1715 y el inicio de la revolución francesa en 1789, los apologistas católicos en Francia publicaron 750 apologías católicas frente a la fuerte diseminación de las ideas de la Ilustración. En esa fuente beberá el clero español cuando arrecie la lucha contra las propuestas de 6 Véase “La sociedad española de la época”, pp. 69-104, en Guillermo García Pérez, La economía y los reaccionarios al surgir de la España contemporánea: Denuncia de la Inquisición a la primera cátedra española de economía, Madrid: EDICUSA, 1974. 7 Fray Fernando de Zevallo, La falsa filosofía, el ateísmo, deísmo, materialismo y demás nuevas sectas convencidas de crimen de estado, contra el soberano, sus regalías y contra los magistrados, 6 vols. Madrid: Imprenta D. Antonio de Sancha, 1774. Padre Cádiz, Soldado católico en guerra de religión, estudiado en Historia de España, tomo XXXI, pp. 769- 812; Antonio Vila Campos, autor de El vasallo instruido en las principales obligaciones que debía a su legítimo monarca, Madrid: Imp. De Manuel González, 1972.; Sobre el pensamiento del clero anti-ilustrado, cuya ideología teológica será fundamental a la Iglesia anti-liberal española, véanse también los libros de F. Puy, El Pensamiento tradicional en la España del siglo XVIII: 1700-1750, Madrid: Instituto de Estudios Políticos, 1966; Guillermo García Pérez, Op.Cit.; “El pensamiento tradicionalista”, Historia de España, tomo XXXI, pp. 815-851; J. Herrero, Los orígenes del pensamiento reaccionario español, Madrid: EDICUSA, 1971. Dr. Samuel Silva Gotay