Iglesia, Estado y Sociedad Ruptura y Continuidad 1800-1868
83 el derecho del esclavo a rescatar su libertad pagando su precio a plazos. 66 Fueron pocos los esclavos que en Puerto Rico fueron liberados por esos medios, por coartación omanumisión. Por lo general, pasaban como esclavos a otros familiares del dueño durante toda su vida, hasta su muerte, o eran vendidos. El niño se podía emancipar en la pila bautismal de la iglesia si alguien pagaba al dueño la cantidad fijada: 50 pesos macuquinos, orden vigente hasta 1848, cuando el Gobernador D. Juan de la Pezuela la bajó a 25 pesos macuquinos. 67 No encontré ningún caso en el cual el sacerdote que oficiara el bautismo de un esclavo le diera la liberación y pagara a su dueño la cantidad fijada por el Estado. Ésta podía ser pagada por otra persona, la madre o padre esclavo. El presbítero Dr. José Gutiérrez del Arroyo, a través de su vida, compró muchos esclavos para su Hacienda Quemado en Ponce, la cual estaba a cargo de un administrador, ya que Gutiérrez vivía en San Juan desde 1807. Tenemos constancia de que Gutiérrez visitaba la hacienda con regularidad, según lo atestigua la frecuencia con que aparece en los protocolos notariales de Ponce y, en especial, en las transacciones mercantiles relacionadas con la misma. Sin embargo, Gutiérrez, continúa como párroco en la Iglesia de Ponce. La hacienda la había adquirido de otro cura establecido en esta ciudad, el presbítero Pablo Rodríguez, en 1803. 68 Gutiérrez cuenta con sus sobrinas Micaela y María de Jesús, y su esclava Matilde como ama de llaves en la hacienda. En 1803, a raíz de adquirir la hacienda, cuatro años antes de ser nombrado Provisor y Vicario General de la Diócesis, compró 11 esclavos de África a Francisco Salgado, agente del comerciante capitalino José Cuarrero, 69 los que tendrían un precio total aproximado de 3,850 pesos. Para 1816, Gutiérrez había adquirido otros 60 esclavos, destinados a la producción de azúcar en la Hacienda Quemado, por los que habría pagado un valor de no menos de 21,000 pesos, convirtiéndose en 13 años en la primera productora del partido y posiblemente de todo Puerto Rico. En este tiempo, él era considerado el hombre más rico de Ponce, y el presbítero Pablo Rodríguez, el segundo. 70 Gutiérrez se mantuvo activo en la compra de esclavos para su hacienda y para su casa en San Juan. Aparentemente, la mayoría de los esclavos de Gutiérrez, tanto en Ponce como en San Juan, fueron adquiridos sin constancia de compra- venta o sin protocolizar, es decir, se compraron de contado. El no protocolizar las 66 Luis Díaz Soler, La esclavitud negra en Puerto Rico. San Juan, Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1966, p. 227. Picó, op. cit., p. 56. 67 Sin embargo, hubo casos que se liberaron antes de emitirse esa legislación sobre la liberación en la pila bautismal, pero no por sacerdotes, como por ejemplo, el de José del Carmen, hijo de dos esclavos de D. Juan José Vázquez de Cayey, que fue liberado por éste en 1832 en la pila bautismal porque sus padres esclavos pagaron al dueño la cantidad de su valor. Fernando Picó, Cayeyanos: Familias y solidaridades en la historia de Cayey. Río Piedras, Ediciones Huracán, 2007, p. 66. 68 AGPR, PNP, fs. 4v-7, 1803. 69 AGPR, PNP, 1800-1816, José Benítez, 1803, fs. 11v-13v. 70 Eduardo Newman Gandía, Verdadera y auténtica historia de la ciudad de Ponce, desde sus primitivos tiempos hasta la época contemporánea. San Juan, Imprenta Burillo, 1913, p. 53. La bendita esclavitud: compra-venta de esclavos...
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