Iglesia, Estado y Sociedad Ruptura y Continuidad 1800-1868

91 Da. Dolores Cátala, por 300 pesos macuquinos. 120 Notamos, y era costumbre que los propietarios de esclavos de los pueblos de la Isla iban a San Juan a vender sus esclavos a través de un apoderado o agente, quien cobraría al dueño una comisión por este servicio, como lo hizo el Canónigo Nicolás Andrade en 1808. ¿Por qué a San Juan? Porque se podrían vender a unos precios más altos que en Aguadilla. Otros iban a comprar y vender esclavos a Ponce porque había un gran comercio negrero en ese lugar. Es importante mencionar que, en 1824, el negrero José María Tristany, radicado en Ponce, introdujo 450 esclavos en diferentes cargamentos. El próximo año, en 1825, Tristany logró la entrada de 345 negros con autorización del gobierno y la mayoría la vendió a crédito. 121 Entre sus compradores, estaban los presbíteros José Antonio de Córdova y Dionisio de Meneses de Ponce. 122 Dos años antes, 1823, el presbíteroMeneses vendió en el pueblo un negrito de 5 a 6 años de edad en 70 pesos, a quien había comprado con su madre en 1822; a esta la cambió por otra esclava. 123 Es difícil creer que un clérigo estuviese participando en ventas de niños esclavos tan pequeños, con el agravante de venderlo sin la madre. El Código de Esclavos de 1826 no protegía a estos niños. Además, la legislación sólo prohibió la separación de niños de menos de tres meses de sus madres. Los negreros norteamericanos James Atkinson y Arthur Rogers, recién llegados a Ponce, marcaron la culminación de las grandes ventas de negros en dicha ciudad. Introdujeron, en 1825, con permiso del gobierno, mil piezas en dos meses, que vendieron en corto tiempo. Los mayores compradores no fueron los conocidos hacendados azucareros de Ponce, sino hacendados y curas de otros pueblos, como el presbítero José Joaquín Sistiaga de Barranquitas, quien compró 26 negros ese año a través de su representante o apoderado y adquirió el mayor número de niños entre los compradores: 15 a un precio de 150 pesos/niño, lo que demuestra que tendrían de 9 a l0 años de edad. Pagó aproximadamente 2,250 pesos por los niños y, en su totalidad, 5,284 pesos. 124 Me sorprendió la gran cantidad de niños que compró el clérigo. ¿Para hacer qué tipo de trabajo y en qué lugar? Por supuesto, el rico hacendado los querría para su Hacienda La Unión, donde tenía 70 esclavos. 125 Lo expuesto nos demuestra, nuevamente, la capacidad económica de muchos de los sacerdotes en Puerto Rico. ¿Por qué ese interés en niños? La razón principal es que en cualquier mercado eran más baratos, aunque más difícil de conseguir que un adulto, hombre o mujer. 120 AGPR, PNSJ, Juan B. Núñez, 1820, c. 478, f. 639. 121 Ivette Pérez Vega, “Las grandes introducciones y ventas de esclavos en Ponce, 1816-1830)”, en Ricardo Alegría, ed. Primer Congreso Internacional de Historia Económica y Social de la Cuenca del Caribe, 1763- 1898. Instituto de Cultura Puertorriqueña. Santo Domingo, Editora Corripio, 1992. 122 AGPR, PNP, f. 309, 1825. 123 AGPR, PNP, fs. 42v, 55, 67, 1822; 75, 112, 1823. 124 AGPR, PNP, f. 253, 1825. Se vendieron ante notario por los comerciantes en 1825: 160 niños. Es decir, que entraron más niños esclavos que el 10% del total de negros que se trajeron a Ponce y a Puerto Rico en un año. 125 Información ofrecida personalmente por el historiador Dr. José M. García Leduc. La bendita esclavitud: compra-venta de esclavos...

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