Creer y actuar para renacer

19 crecer y actuar para renacer entre ellos el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio, hemos hecho una crítica a las industrias extractivas internacionales y a la agroindustria, a la creciente producción de los agrocombustibles sobre todo cuando se hacen a costa de la producción de alimentos necesarios para la sobrevivencia humana. San Juan Pablo II, en una visita que hizo a Punta Arenas, en Chile, el 4 de abril de 1987, suplicó que “no permitamos que nuestro mundo sea una tierra cada vez más degradada y degradante”. (DA,66). El último capítulo de las conclusiones de Aparecida , Nuestros Pueblos y la Cultura también propone unas acciones para el equilibrio entre una humanidad sostenible, una naturaleza protegida y nuestra responsabilidad racional sobre ambas realidades. Por ejemplo, en la sección 10.4 sobre los nuevos areópagos y centros de decisión, los obispos decimos que queremos “... felicitar e incentivar a tantos discípulos y misioneros de Jesucristo que, con su presencia ética coherente, siguen sembrando los valores evangélicos en los ambientes donde tradicionalmente se hace cultura y en los nuevos areópagos, entre ellos, la ecología y la protección de la naturaleza ” (DA, 491). Hablando de los caminos de la reconciliación y solidaridad (sección 10.9) afirmamos que la cultura de la paz que se quiere alcanzar (DA, 542) “tiene que ser fruto de un desarrollo sustentable, equitativo y respetuoso de la creación”. 11. educar en el valor de la vida, primer cometido de los católicos en la vida pública El futuro de nuestro hábitat, de la calidad alimentaria y del uso inteligente de las energías, depende, ciertamente, de los científicos, políticos, filósofos, teólogos, sociólogos y psicólogos; pero, también, de hacer más humanas las relaciones cotidianas de sus habitantes. Henri Bergson decía que el cuerpo agrandado del hombre espera un suplemento de alma y que la mecánica (que es el “cuerpo agrandado”) exigiría una mística. Tal vez, sería mejor afirmar que el hombre necesita descubrir su propio espíritu, que

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