Cristianos en salida, santos del presente

10 actas del vii congreso católicos y vida pública correr hacia el mundo sin rumbo y sin sentido. Muchas veces es más bien detener el paso, dejar de lado la ansiedad para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para acompañar al que se quedó al costado del camino. A veces es como el padre del hijo pródigo, que se queda con las puertas abiertas para que, cuando regrese, pueda entrar sin dificultad. En la segunda cita nos recuerda que la Iglesia en salida es misionera, Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral solo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad. Sobre el tema de la santidad escogí una cita de su homilía del 29 de mayo de 2018 en Santa Marta cuando habló de los santos del presente. Dijo “La llamada a la santidad, que es la llamada normal, es la llamada a vivir como cristiano, y vivir como cristiano es lo mismo que decir ‘vivir como santo’. Muchas veces pensamos en la santidad como una cosa extraordinaria, como si consistiera en tener visiones o rezar oraciones elevadísimas. Algunos piensan que ser santo significa tener una cara de imagen religiosa. No. Ser santo es otra cosa”. Y enfatizó “caminar hacia la santidad consiste en caminar hacia aquella gracia que viene al encuentro, caminar hacia la esperanza, permanecer en tensión hacia el encuentro con Jesucristo”. Católicos y Vida Pública este año también se inserta en el llamado de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña a vivir un año misionero que nos lleve a una conversión personal y pastoral, a una mayor comunión para descubrir “qué le pide el Espíritu a las Iglesias” como nos dice Apocalipsis 2,29 y a una vivencia misionera. Anhelamos “Poner la misión de Jesús en el corazón de la misma Iglesia,” como nos invita el papa. Y por eso nos encontramos aquí.

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