Cristianos en salida, santos del presente

132 actas del vii congreso católicos y vida pública Insistimos en que es necesario pasar de la reflexión a la acción. Reconocemos que el verdadero cristianismo solo es posible en la práctica de la misericordia y la caridad, en la búsqueda activa de la verdad, en la construcción de la paz. Con audacia y fervor, con firmeza y en comunidad, sostenidos en la oración, en la escucha de la Palabra de Dios y en los sacramentos, y solo en actitud continua de salida al encuentro del otro responderemos adecuadamente a nuestra misión cristiana. Desde los no nacidos a los ancianos, desde los que viven bajo nuestro techo a los sin hogar, desde nuestra familia al que vive y viene de lejos, queremos ser el rostro vivo de Dios, compartido en el sacramento de la presencia, en solidaridad y entrega recíproca. En cada uno queremos ver y ser otro Cristo, dando vida al mandamiento siempre nuevo del amor. Nos comprometemos a ser Iglesia en salida, con las puertas abiertas, una Iglesia inclusiva y participativa, que acoge y recibe a todos en su dignidad, la de ser hijos e hijas de Dios. Es su misma vida la que nos santifica y nos lleva a superar crisis y dificultades por la gracia. Superando estructuras rígidas y limitantes, queremos dar espacio a la inspiración activa del Espíritu, desde el discernimiento, el acompañamiento y la acogida. Queremos dejar de lado nuestros prejuicios y sospechas para ver la bondad que hay en cada uno y poder construir en comunidad puentes y lazos de verdadera hermandad cristiana. Somos conscientes de que es en el hoy, el aquí y el ahora donde cada uno vive y construye su camino de santidad. Es en el presente donde se realiza nuestra misión como constructores y colaboradores del Reino. Solo si asumimos esta realidad con fe firme, esperanza confiada y caridad práctica podremos hablar de santos del futuro. Nos confiamos a Santa María, modelo de santidad, para que ella interceda por nosotros, aumente nuestra fe, aliente nuestra esperanza y anime nuestra caridad, como discípulos-misioneros de su Hijo. Con ella, queremos poner la misión de Jesús en el corazón de nuestra Iglesia, de nuestro Puerto Rico, de nuestra Universidad.